jueves, 30 de junio de 2022

Momentos




Conforme pasa el tiempo uno aprende a valorar las cosas que te llegan de sorpresa con ese aire de eternidad. Algo así como si sonara una campana en el interior anunciando que es el instante sublime que esperas desde hace mucho. Ese momento que vas a recordar por mucho tiempo por lo que dejó. 

Memorable fue la tarde que pasé en casa del pintor y poeta Víctor Escalante, escuchando en su voz agradable, la historia de su vida, de su obra, de sus cuadros y pinturas. 

Atento a lo que decía, me atreví a preguntarle sobre sus versos, cuando Víctor respondía escuché esa campanada de eternidad. Víctor hablaba en el momento preciso que Harold Alva lanzaba al aire desde su celular una canción de Victoria Sur con letras de Cesar Vallejo.

Se creerá que exagero, y quizás sea así. Pero para una persona como yo, atrapado en sentimientos no correspondidos, en preguntas que no descifro. Dubitativo algunas veces en el rumbo. Ese instante tuvo un sabor a grandeza, a eternidad.

La explicación de Víctor, diciendo que regresa a sus poemas después que los deja dormir un tiempo.  La melódica y bella voz de Victoria Sur. La compañía y el afecto  de Harold. Hicieron que viviera un instante de esos que no tienen precio.

Sentado aquí tomando un café después de varios,  reflexionando sobre el rumbo que mi vida toma, entiendo que la vida trae voces que debo entender. 

Estoy donde debo estar.












martes, 28 de junio de 2022

Desde siempre


Te leo desde el otro lado del mundo 

donde inventé un espacio vacío

sin el dolor de tu ausencia 

sin la nostalgia de tus besos 


Te leo y sueño 

y no hay retorno a la cordura 

mi voz disfónica no se reconoce 

mis manos se funden en palabras 

está mirada embelesada se pierde en tu imagen 

otra vez soy tuyo 


Lo sabías desde siempre


Eres mi destino 


Dios olvidó mi nombre          la poesía no


En este lado de la vida todo se parece a ti.







lunes, 27 de junio de 2022

Te encontré Calíope

 


“Entre la bruma de este crudo invierno te vi Calíope, con esos grandes ojos negros que intentan ver más allá de mis palabras, con esa sonrisa que hace temblar mi naturaleza apasionada. Y esa mirada misteriosa de gitana, espejo de emociones, atravesó el alma de este poeta que se quedó  mudo. Te encontré cuando estaba perdido buscando tu rostro en las calles de esta ciudad esquiva, fría y veleidosa. Te encontré y este corazón vacío y quieto tanto tiempo, cual locomotora comenzó a latir a cien por hora, revolucionado, impetuoso, vigoroso tan fuerte que intentaba salir de mi pecho.
 
Y tuve miedo.
 
Miedo de que notaras el temblor de mis piernas, el sudor frio de mis sienes que asomaba. Miedo de que escucharas mis latidos y te asustaras. Miedo que huyeras de mi otra vez, miedo de que mis palabras te sonaran toscas, miedo de que mi lenguaje fuera extraño, miedo de perderte otra vez. Miedo de mí y mi pasado.

Miedo de mis pasos. 

De rozar tu piel...

Te encontré Calíope y ya no soy el mismo.

He regresado a la vida.

Calíope eres la poesía, la musa de de mis historias, el pretexto de la sonrisa, la razón de la alegría, el silencio, los pensamientos buenos.

Te encontré Calíope y me encontré de vuelta

Aunque mi condena sea no llevarte conmigo”.
 
PD: Con el permiso de mi amigo Harold Alva Viale acompaño unos versos sobre el amor escritos por él. Versos que de alguna manera extraña tienen que ver con la revolución de mis ánimos...
 
LUGAR COMÚN

El amor
Esa palabra que nos enfrenta
Con nuestras debilidades
Este ir y venir como quien empieza
Desde ninguna parte
Su sombra de animales perfectos
Esa sensación de túnel
Que transitamos sin otra luz
Que los ojos de la mujer
A quien le pronunciamos canciones
Poemas sin importarnos el lugar común
La retórica de lo predecible
Los nervios que se agitan
Como si nuestros pasos
Nos señalaran el destino
En los vidrios de las ventanas
O en las puertas de los edificios
En los muros del malecón
Adonde acudo
Para interpretar el misterio
La caída del agua
La indiferencia de quien responde
Con el silencio de la hierba
Como si con ese silencio
Le fuera suficiente al mar
Para entender la pregunta
Que nunca le hemos hecho
Los esqueletos de la tarde
Los pájaros que se despluman
La cabeza
Este poema como una señal
Como un grito para llamar tu atención
El amor como una mano
Que borra mis pesadillas.

© Harold Alva Viale






 

 

 

 

jueves, 23 de junio de 2022

Carbón


 

Ese carbón en los restos de una  pira, que aún brilla 

ese pedazo de brasa que sin llama,  resiste

ese trozo candente del que no sospechas nada. 

esa ceniza que remueves, sin preocuparte.


Ese carbón que se enciende y vuelve a ser fuego


Esa nueva hoguera


Ese soy yo.





Legado





Es extraño celebrar mirando una foto

es raro conversar con un recuerdo

soy la rama 

de un viejo algarrobo 

soy hijo del hombre del mar

vástago del afecto a la distancia

descifrado en  morse


Un recorte impreso

un libro viejo

un abrazo aquí,

un mensaje allá

desde donde brilla el sol naciente 

fueron gestos de un te quiero,

es lo que aprendiste

fue lo que ofreciste


Nosotros, tu hijo y mi hijo

vestimos piel de aventura 

somos como ríos, caudalosos 

somos inmigrantes en tierras extrañas 

somos amigos de la soledad 

del camino 

de la noche que grita 

del alba que inspira

gracias a tu ejemplo.


Nos regalaste el destino 

en nuestras manos 

allá en el horizonte

arropado en sueños 

en cada puerto, en cada historia.


Es extraño hablarle a un recuerdo

más extraño es no estrecharte


Que nos abracen estos versos tardíos


El amor quedó inconcluso…pero es eterno






 

martes, 14 de junio de 2022

La historia de Ani (II)

 


Siguieron discutiendo en la calle, Pedri observaba sin saber que hacer, la mujer dentro del auto seguía gritando. Ani estaba parada frente a la camioneta, decidida, con los puños cerrados. “Basta”, había dicho, “dame la pensión o no me voy”, Pedro sabía que cumpliría su palabra, nervioso desde la puerta de la camioneta llamaba a la razón, rogaba tranquilidad. Luego comenzó a amenazar, a gritar, a insultar. Ani tercamente no se movía de donde estaba. La mujer también la insultaba.

- ¿ Cómo llegaste? - preguntó el hombre a gritos- tú la llamaste - vociferó señalando al niño.

- Tus hijos no se alimentan, ni se educan con el aire - sentenció ella - tienes dinero pero eres un miserable

- Tu me echaste, recuerdalo. - gritó él acercándose peligrosamente.

- Por mujeriego, sinvergüenza , eres un vago poco hombre - se defendió ella. 

Pedri desde la puerta miraba a sus padres, lloraba en silencio, sin moverse. Si pudiera le pegaría, pensaba mirando a su progenitor cuando subía al vehículo.

- Muévete de allí - amenazó - !muévete Ani, carajo!

- Dame la pensión de los chicos, no te irás- contestó desafiante.

Pedro encendió la camioneta, volvió a gritar a la mujer.

- Sal de allí - dijo con furia el hombre.

Ella cruzó los brazos resuelta.

Él aceleró y la embistió.


(Seguiremos si ustedes quieren)









sábado, 11 de junio de 2022

La historia de Ani (I)

 





De esa bellísima sonrisa que seduce y encanta a quien la conoce, no quedaba rastro. La indignación y la rabia ya no tenían retorno al equilibrio en el que intentaba vivir. Ani había llegado a recoger a Pedri, que la había llamado asustado y con hambre. Estaba solo, su padre lo había dejado en el departamento desde la mañana. Ani llegó al edificio con las indicaciones que su hijo de once años le había dado, “Mamá, se apareció donde la abuela y me trajo aquí, no me dejó avisarte. Después vino una mujer, discutieron y se lo llevó” le había contado Pedri cuando le reclamó donde estaba. 

En la recepción preguntó por Pedro, su ex, se comunicaron con el departamento,  el niño dijo que subiera. Cuando Pedri abrió la puerta Ani se quedó estupefacta. Todo era nuevo y caro, un televisor inmenso ocupaba una pared, muebles de cuero blanco, un comedor de vidrio, vitrinas de cristal. La decoración estaba sumamente recargada de cuadros y adornos, “que mal gusto”, pensó ella. Luego cuando entró a la cocina confirmó lo que ya sospechaba, también todo estaba nuevo, el dormitorio con un gran espejo y otro televisor ocupando toda una pared. Estaba casi en llanto por la cólera. El sonido de un celular la trajo de vuelta a la realidad. Algo dijo Pedri y colgó, “mi papá está llegando, dice que baje que iremos a comer dijo  el niño. Aturdida sin entender claramente  ella afirmó, su rabia no la dejaba pensar, siguió a su hijo al ascensor y bajaron juntos.

En el estacionamiento estaba Pedro, con su nueva camioneta, una Rav4, negra del año. No estaba solo había una mujer a su lado, más joven.

Pedro se sorprendió de verla, sus ojos delataban su ansiedad. No bajó del vehículo. Ani se acercó a la ventana y sin saludar dijo.

- Hace 8 meses que no pasas la pensión, pero veo que todo es nuevo en tu casa y estas  con camioneta nueva. Si serás  sinvergüenza, crees que mi paciencia es para toda la vida y tus hijos pueden esperar - dijo Ani en voz alta, desde la acera.

- Hola Ani, ¿Cómo estás? Te iba a llamar para conversar. Traje a Pedri para que conociera. Sabes que no me alcanza., tengo gastos, además también son tus hijos...y seguro tu ya sales con alguien - argüía Pedro nervioso. La mujer a su lado gritaba algo que Ani ignoraba y no entendía.

- Hoy me das la pensión completa, no me iré sin ella.  El colegio de Pedri se debe, Karen, necesita sus medicinas, te olvidaste que padece leucemia, ¿sinceramente cómo es posible? - dijo Ani indignada en voz alta..

- No hagas problemas Ani, por favor - desde el asiento Pedro rogó.


(Seguiremos si ustedes quieren...)







jueves, 9 de junio de 2022

La forma que aprendí

 




Dime una forma mejor 

para entender lo que una vida enseña, 

¿Cuál es la forma que esperas ?

no hay formas correctas              ni mejores 

que oculten aquello que sabes 

y que callo por prudencia

frente al horizonte donde ofrendo pasiones 


Solo hay una forma de decir lo que se siente 

con gestos,

develando el orgullo que retiene la inocencia 

recogiendo el recuerdo en las calles 

soltando las quejas 

mirando el alma libre, 

sintiendo esa energía que atrae

rozando la piel sedienta, erizada 

deshojando pétalo por pétalo una rosa

amaneciendo abrazados          cómplices

puros, cándidos, niños




No existe mi forma

ni existe tu forma

si vivimos en un nosotros 

arriesgando cada instante

confiando que la luna brilla 

que el sol nace 

y que la historia se escribe cada día


Después de todo 

la única forma de volar 

es confiando en los sentimientos 

en tus pasos, en tus alas 

en lo que eres

 

Soy un fénix vigoroso

que renace al alba

en forma de esperanza

contigo o sin ti


Mi destino es ser feliz

es esa la forma que aprendí