viernes, 29 de noviembre de 2013

Preguntas al silencio…


¿Quién soy yo…? Interrogo al silencio…
Nadie responde...

Soy el hombre que erró…
Soy el progenitor ausente…
Quizás…un vacío que crece...
Como la sombra en la oscuridad
Soy la voz que no deseas escuchar…
La reflexión que deseas ignorar…
El abrazo que necesitas recibir…
Soy tu amigo…si olvidaste  que soy padre…

¿Que retrato guardas de mí…?  Interrogo otra vez...
Nadie responde...

Soy el tesoro que deseas hallar
El consejo que te renovará…
La luz que tu camino alumbrará…
El ejemplo que no debes repetir…
La antípoda de tus deseos primeros…
El ángel que guarda tus pasos
El árbol que extiende sus ramas….hacia a ti…

¿Qué esperas de mí? Y espero que me escuches…
Nadie responde...


Soy el hombre que se levantó…
Soy el padre que aprende a ser hijo
Soy la experiencia briosa luego del fracaso
Soy la mano extendida hacia ti…
Soy la constancia…la tenacidad…
Soy la libertad…que puedes hallar…
La confianza que deseas esperar…

Se me acaban las preguntas….¿?
Nadie responde...

 Te pienso, te espero, te quiero…
Eres el mejor regalo que la vida me ofreció
Eres mi mejor deseo…mi angustia…mi preocupación…
Eres el futuro…el camino…el final…
Eres la voz…el gesto…la caricia….
Eres mi hijito…mi niño…mi ausencia…
Sin preguntas…sin respuestas…
Estoy aquí siempre para ti…no me fui…

Nadie responde...





jueves, 28 de noviembre de 2013

Puede que no importe...


Puede que no importe que mis palabras…
Las oiga solo el viento
Puede que no importe que mis sentimientos
Lo conozca solo mi corazón
Puede que no importe que mi afán
Sea solo para ti…
Puede que no importe que este amanecer
Me sorprenda solo…lejos…
De tus brazos, de tus labios…

Puede que no importe lo que vivo
Si en ese universo no estas tú
Puede que no importe esta pasión…
Si mis sabanas…están vírgenes…
Y en mi habitación sobra espacio para mi
Puede que no importen las lágrimas
Y mis manos frías…
Sigan esperando…por tu imagen fantasmal

Puede que no importe el silencio…
Ni mis oníricos sentimientos
Tampoco los versos escritos en el lago de la memoria
Ni mis desvelos…ni mi sueño perdido…


Puede que no importen las promesas de madrugada

O los suspiros cuando te recuerdo
O la prisa por encontrarte…
Por escucharte….

Puede que no importe  nada…

De lo dicho…
De lo silenciado
De lo ofrecido
De lo rechazado
De lo entregado

Puede que no importe nada
Si no vivo solo para ti……
Si mi motivo no eres tú
Si mi corazón no late por ti…




martes, 26 de noviembre de 2013

Rencores pasados



Sentado en la banca del parque, mientras observaba a las parejas de enamorados, el hombre recordaba los momentos como si fueran ayer.  Imaginaba escuchar nuevamente los gritos, las recriminaciones, los insultos, las miradas de rencor, las palabras que  como dagas dolían el corazón, los empujones, las bofetadas y los golpes. Las lágrimas y la fuga  en medio del llanto, le causaban profunda melancolía…

Una escena que él había tratado de olvidar con los años,  un suceso que había dormido durante mucho tiempo en su inconsciente,  en algún  baúl esquinado de la memoria.  Lugar donde relegamos las acciones que queremos olvidar, ese  espacio que vive  tras la puerta imaginaria que cerramos en alguna parte del cerebro y que cualquier palabra o gesto puede abrir de pronto, dejando pasar sin avisar las culpas y los remordimientos otra vez…

¿Cuánto tiempo ha transcurrido? ¿Veinte, veinticinco, treinta años?....pensó.

-         ¡Te dije que fueras a casa…!! - grito el quinceañero.
-         ¡No quiero tú no eres papá!! – contesto la jovencita, con recargado maquillaje.
-         ¡Pues te vas!!... – grito él, jalándola del brazo - Pues él dijo que nada de fiestas hasta la madrugada.
-         ¡Y nada de trago!! – agregó furioso.

Un muchacho quiso intervenir en defensa de la joven,  el quinceañero, en rápido ademán  le empujo haciéndole caer al suelo. Y a empellones se llevó a la chica hacia la casa.

En la casa, de los gritos pasaron a las  manos y de las manos,  a  las agresiones.  Las huellas de la pelea  quedarían selladas en el alma de la joven por mucho tiempo.  El quinceañero olvidaría aquella pelea. Si bien eran hermanos, ellos eran totalmente diferentes.

Y la vida para cada uno….continuo...



Esa mañana él lloraba de dolor, sus compañeros en la obra le miraban intrigados, se preguntaban que le había pasado, pero ninguno se acercaba a preguntarle algo, respetaban su silencio y su espacio.

El hombre secaba sus lágrimas,y empuñaba la pala con fuerza, cada vez que la hundía en la tierra descargaba su dolor, su pena, su rabia contenida. En su mente repasaba la escena y sentía revivir los sentimientos encontrados que experimento la noche anterior. La incredulidad cuando ella le echaba en cara todo lo que había hecho por él,  la sorpresa de ver esa mirada cargada de rabia y rencor.  La sonrisa chueca en señal de desprecio y desdén, las palabras hirientes, desnudas, afiladas que cortaron su corazón, la crispación de las manos, el puño cerrado que le hacía ademanes agresivos y sobre todo, los insultos que pensó,  jamás volvería a escuchar.

Cuando hundía en la tierra la pala con furia,  intentaba mitigar la frustración  y la vergüenza de haber reaccionado de una forma que creía olvidada….

Cuando el agua  mojó el rostro de la mujer…el hombre perdió a su  hermana. El la miraba llorando, con el vaso aún en su mano, la contemplaba casi con miedo. Y ella le observaba con furia, ofendida, agresiva.

Y clavó por última vez  la pala en la tierra y se apoyó en ella, su respiración agitada, el cansancio de sus brazos, el dolor en la espalda,  no calmaban el dolor que sentía en el pecho, en el alma.

-         No sabía que me odiaras tanto, hermana, cuánto daño te hice esa noche….- dijo con voz queda, apesadumbrada, aquella vez... – y comenzó a cavar otra vez, buscando refugio en el cansancio…recordando lo sucedido cuando jovenes...

Sentado en la banca, aquel hombre que ya tiñe algunas canas, fumaba mirando el cielo rojizo de la tarde, admiraba como en el otro extremo, la luna  se escondía entre las ramas de los arboles…y cavilaba.

-         Mañana cumpliré cuarenta y cinco años, ahora tan lejos, me pregunto cómo estará mi hermana -  especulaba el hombre en la ciudad que aún se le mostraba esquiva.
-         ¿Pensará en mí? ¿Habrá borrado mi nombre de su memoria? Todos me dicen que no pregunta por mí, que mi ausencia no es un problema, por el contrario es un alivio – se decía a sí mismo, mientras una lágrima trémula asomaba a sus  ojos.
-         Por lo menos hace cinco años pude abrazarla, decirle que la quiero, que todo eso paso cuando éramos jóvenes…que estoy orgulloso de ella,  de ser su hermano……lástima que no me creyó o no escucho lo que decía. Lástima que no me dio su perdón, lástima que me apartó de todo su mundo. Su rencor y el recuerdo de mi estúpida acción pesa más que el cariño que no supe demostrarle, que siempre escondí con arrogancia y orgullo, con palabras que dijeron todo y nada… -  dijo  mientras despejaba el humo del cigarro que había encendido.

Y aquel hombre dolido de sus acciones, de su pasado,  reanudo el camino por la alameda,  hacia las nubes cada vez más encendidas,  como si se consumieran en fuego.  Dejando tras de sí la luna que le acompañaba en completo silencio.

Y aquel mismo hombre que se perdía en la tarde…paso a paso  se erguía otra vez confiado, poco a poco recuperaba el talante, el garbo, la arrogancia…mientras en la tarde un transeúnte escuchaba…   

-         Espero que la paz te alcance algún día…hermana querida….






sábado, 9 de noviembre de 2013

Dicen...



Dicen que soy un hombre bueno…
Quizás porque no me conocen
O no saben que escondo en la alforja
Ni  que hay entre el corazón y el alma…
Dicen que mis sentimientos son blancos
Quizás por que no han visto mis días grises
O porque disimulo mi esencia
Y callo las palabras indignas

Dicen  valorarme como alguien apacible
Prudente y pausado…
Pero no saben lo apasionado que alcanzo a ser
Cuando defiendo un ideal…

Algunos me conocen solitario
Porque no saben que conmigo van los recuerdos
Y atrás no queda ningún cariño…
Ellos vienen conmigo


Dicen que soy un hombre bueno
Por las cosas dichas...
Por los versos que ofrezco…
Pero hay quienes se ofenden
Por la verdad que digo y no archivo
Por las frases que acuño sin colores ni flores

Dicen que soy un hombre bueno
Y no me lo creo…
Pues cuando resumo lo vivido…
Los días vacíos
Mis actos pasados…
Las lágrimas que he derramado…
Mi andar arrogante…
Mi hablar orgulloso…
Los caminos que he hecho…
Los puentes que he roto…
Los sueños que tengo…
El horizonte que veo…
Dudo de aquello…

Dicen que soy
Alguien que no conozco
O alguien que se halló un día...
Perdido...
Dicen muchas cosas
Y solo yo…
Sé la razón o el motivo…