miércoles, 28 de agosto de 2019

Palabras cursis para un corazón indiferente



Quiero abrazarte y besarte
sentir aunque sea un instante 
que detengo el tiempo 
y puedo experimentar
que el sueño de verte a mi lado se cumple

Quiero besarte y mirarte a los ojos 
y creer que la vida no es injusta
qué nos depara una historia más
sin recuerdos, solo esperanzas

Quiero besarte y abrazarte
y no pensar,
solo estar dentro de ti
en un largo abrazo 
que me dure toda la vida 
Pero....


Tu solo deseas tomar un café bien caliente
Y yo deseo tu amor

Un amor que se secó

Quiero besarte 
o morir en el olvido
ya no hay motivos
se fueron contigo

Quiero abrazarte 
urgentemente
este corazón desfallece
cansado.

Tu quieres un café

Yo sueño tu amor




martes, 20 de agosto de 2019

23 de Agosto, te espero....



Hace un año, estaba preparando la mochila para viajar a Catac en el departamento de Ancash, invitado por mi buena amiga Miriam López  Aguirre en representación de la Asociación Estación de Brujos. El día 23 de Agosto  llegaba de madrugada a Recuay y de allí nos llevarían a Catac nuestro  destino. Por la mañana cerca del mediodía me llevaron a un colegio y tuve la oportunidad de contarles cuentos a unos niños  que me miraron como si fuera la encarnación de uno de los “caballeros del zodiaco”. Que importante me sentí aquella mañana y que certeza tuve en ese momento de que lo que había decidido hacer,  era lo correcto.

Hace un año antes de tomar la mochila, solo era un perfecto desconocido para muchas personas (y aún sigo siéndolo) y lo que es más sorprendente. Era más desconocido para mí mismo.  Pero si algo podría decir de todo este tiempo transcurrido es que ese proceso de aprendizaje no acaba. Aún me sorprendo de todo y de todos, más de mí. De las cosas que se puede lograr con un poquito de fe y confianza. Nada es fácil. Si mi madre no fuera mi soporte otro sería el cantar y la historia. Si mi padrino Andrés, mi ángel de la guarda, su esposa y mis primos no estuvieran cerca de mí (O yo de ellos) otras serían las historias que estuviera contándote. Si Karina, mi amiga, no hiciera que ponga los pies en la tierra, en donde estaría. Hasta ese momento solo tenía una idea de lo que haría en mi vida. Luego de haber abandonado todo lo que era socialmente correcto miraba mi vida en retrospección y lo que veía no era mucho de mi agrado.

Pero llegué a Catac y me paré frente a esos niños y cuando y regresé a Lima sabía lo que quería hacer y ser. Publicar mi libro e intentar vivir de la literatura.

Y allí comenzó la verdadera aventura que cierra su primera etapa este viernes 23 de Agosto.

Dicen que soy un guerrero, no lo creo, solo sueño despierto y camino, a veces llorando, otras riendo, pero no me detengo. No entiendo cual es el merito en hacer eso.

Lo que es realmente coincidente es que es una fecha muy significativa.

-          El 23 de Agosto nació mi hijo único Juan Mauricio Andrés Adrianzén Risso.
-          Un 23 de Agosto, les conté unos cuentos a unos niños en Catac y ello significó una epifanía en mi existencia de manera indubitable.
-          Este 23 de Agosto, en la casa de la literatura, presentaré mi primer poemario “El lento caer a la vida” editado y publicado  por Ediciones Marginales, del que soy miembro fundador, junto con mi amiga y socia Karina Medina.



Falta mucho camino por recorrer todavía, este viernes 23 de Agosto de 2019 es un día que  cierra una larga etapa, llena de proyectos inconclusos. En palabras de Winston Churchill sería algo así como “el comienzo del fin”  de una parte de mi vida y el inicio de otra.  Con una nueva versión de este servidor, que juega a ser escritor y que aún se incomoda cuando se lo dicen o le llaman poeta. Es que en el fondo no me siento así, no le he ganado a nadie y como dice mi buen amigo Sabina (compañero de algunas amanecidas y otras copas de vino) “entre poetas y eruditos me siento un advenedizo, porque no entiendo de erudiciones y teorías poéticas”. Yo solo me siento a escribir y luego “torturo la palabra, para no torturar a los lectores” como me aconsejó mi estimado y querido amigo y mejor escritor Víctor  Salazar Yerén, que está por el mundo detrás de un querer.

Sigo siendo un redomado y terco enamorado, que a veces extraña el afecto. Sigo siendo un personaje polémico y contradictorio, a veces depresivo, a veces exultante. Sigo necesitando de palabras de aliento y de algunas críticas para entender que hay momentos importantes y hay historias que dejaron de serlo. Sigo siendo un hijo lejano, ávido de un abrazo materno, un hermano pendiente del amor de sus hermanas. Sigo siendo un padre ansioso y nostálgico. Sigo siendo un hombre que erró el camino y que en su nueva versión está  siempre en movimiento en pos de un sueño.

Y por ello deseo agradecer a mis lectores, a los que se hicieron mis amigos en la red, a los que  me leen y no ponen “like”. Quiero agradecer de manera especial a aquellos que respondieron con un sí cuando les conté inbox mi proyecto y en silencio confiaron en mí, tan solo porque dicen que alguna vez mis versos o historias, alguna reacción les causó. Quiero agradecerles a cada uno de aquellos que quisieron hacerme desistir de mi idea,  por qué  me motivaron más. A cada uno de los que sabiendo de qué estoy hecho, apostaron por darme una oportunidad más. A cada uno de los nuevos amigos que he encontrado en el camino y que alientan desde su espacio en la vida, mis pasos y cuando fallo me dicen que es parte del aprendizaje.

Pero es necesario agradecerte Karina Medina de manera especial, por ser mi socia y más amiga, por tu cariño en la corrección de este poemario. Por llamarme la atención las veces que sale el engreimiento y la inmadurez, por hacerme ver mis errores, por enfrentarte a mis convicciones y paradigmas, por confiar en mí y ver más cosas positivas de las que yo mismo veo.

A ti hijo mío, por decirme un día “te amo viejo, solo quiero ser la mitad de padre que tú has sido conmigo”, no tienes idea Mau como lloré ese día, entendía que si bien nada está olvidado, ya superamos los malos momentos.

Te agradezco padrino, (en donde estés), una tarde me preguntaste: "¿Qué quieres hacer?...escribir tío", contesté, "cumple tu sueño hijo” respondiste. Lo estoy haciendo querido tío Andrés, pero siempre me falta tu presencia.

Gracias, gracias, gracias. 

A todos....

Este viernes 23 de Agosto es muy significativo para mí. Me gustaría que me acompañes con tu presencia, con tu afecto, con tus palabras, con tu aliento, en la distancia, en la amistad.

Este viernes “es el comienzo del fin” de una etapa.

Te espero.

Hora 7.00 pm  Casa de la Literatura Peruana (antigua Estación de Desamparados) espalda de Palacio de Gobierno.








martes, 13 de agosto de 2019

Historia

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Es la historia de un soñador
del hombre que se equivocó
y el andar enmendó

Mientras la noble jugaba a olvidarlo
el iluso entregaba su amor
una y otra vez
tesoros, castillos, promesas ofreció
la reina de Java complacida, sonrió
él soñó convertirse en caballero
luchar por la musa real
su pluma olvidó

 Vestido de escarlata, el bardo se inmoló

Ella le miró altiva
dijo, con desdén
"soy yo, siré"

"Mi reino de príncipes eunucos, es mi sueño
los aposentos, son hermosos
las sandalias de piel, cómodas
los vestidos de seda, suaves
los dátiles exquisitos
la vida agradable
sin esfuerzo."

"Aquí me quedo"

El hombre, redimido
olvidó su nombre
su causa, su religión y marchó.

Algunos ríen su desdicha
le ven errante, sin techo
otros dicen
que cae lentamente a la vida
más allá,
en alguna esquina
detrás de un sueño

Cómo sea
No olvida
Tampoco muere

La imagen puede contener: Ivan Adrianzen Sandoval, interior

jueves, 8 de agosto de 2019

De alguna manera tendré que olvidarte





Me miró a los ojos y me dijo:

Sigo enamorado de ella, no me preguntes porqué o de qué, solo sé que han pasado meses y sigo esperando por ella, buscándola en cada rostro y en cada piel, sigo buscando su sonrisa y complicidad en mi rededor, las noches se me hacen largas y solitarias, los días son una guerra entre mi ánimo y lo que tengo que hacer.

Siempre me digo, “de alguna manera debo olvidarla” o  “tengo que hacer algo, no puedo seguir así” y siempre termino con lágrimas, extrañando su presencia.

Soy consciente que cometí errores, no sabía que la iba perdiendo tratando de perseguir la vida o los sueños, no sabía cómo ser feliz y hacerla feliz, así la fui perdiendo,  desde que me dejó, la vida no es igual, las alegrías no son completas, cuando regreso a la habitación  la satisfacción se va diluyendo, transformándose en pena porque no puedo compartirla.

Es cierto que el océano está lleno de peces, que la vida sigue, que yo camino a pesar de la pena, que me voy inventando cada día que despierto, pero voy con el cielo sobre mis espaldas, con  la nostalgia en un bolsillo y la melancolía en el otro. Mis manos doloridas como garfios de frotarlas entre ellas se van secando. Yo me voy secando. De “alguna manera tendré que olvidarla” amigo pero no sé cómo, hermano, la amo.

Dijo y guardó silencio, sollozando. Le miraba sin decir nada, qué podía decirle.

Sueño su sonrisa, su mirada, sueño que me dice palabras de amor, que todo está olvidado, mis noches en vela son extensas y la oscuridad es mi amiga. Los grillos me saludan, y los ruidos de la noche hacen música cuando miro el techo de mi habitación por horas. Mis alegrías son efímeras y mi risa dejó de ser profunda. Las personas me ven bien, me abrazan, me felicitan, se alegran por mí, pero yo agradezco y no me siento como suponen que me siento.

Siento orgullo, del camino hecho, siento  coraje porque voy trazando un camino. Pero me veo solo y sigo solo.  No valoro lo que se me ofrece y todo pierde sentido. 

“De alguna manera tengo que olvidarla”, amigo. Dime ¿Cómo arranco este sentimiento de mi corazón?, ¿Cómo quito el dolor, el vacío que llevo?  Esa sed de afecto que guardo. ¿Cómo hago para que los recuerdos no me alcancen? a pesar de que termino corriendo el día metido en mi trabajo, aturdiéndome de cosas…al final regreso a mi habitación y nadie me espera.

Mientras hablaba, le miraba y pensaba.

¿Me puedes decir cómo dejas de querer a alguien, como olvidas un amor que fue tu vida entera?

Se puso de pie llorando como niño.

Y yo, le abracé sin saber que decirle. Guardando silencio por su duelo, por su dolor, con las palabras atragantadas en mi boca, con temor de decir algo incoherente.

Solo balbuceé:

Te entiendo hermano, me siento igual, mi esposa se marchó y aún la amo.

Me pasa lo mismo, pero sigo aquí...

Y lloramos juntos.




https://youtu.be/8PYa8PeyEaM