Una madrugada peleé con Morfeo
¿Cuántas horas puedo robarle al descanso?, dije
Mortal, no puedes conmigo, tarde o temprano tu sueño será mío, contestó
Baco, mi abogado defensor, abogó
Es joven tiene derecho a beber y desvelar,
Morfeo calló preocupado, supongo.
Desde entonces como los gatos, duermo poco.
Morfeo sigue ofendido, porque mi sueño no le pertenece
pues subasté el alma por libertad, es justo pensaba por esos años
Un día Calíope llegó de madrugada y hechizó los pensamientos del mortal
De aquel que se atrevió a retar ha quien guarda el descanso del hombre
y luego se fue cargando consigo todo aquello que creía que importaba.
Hace casi seis años que duermo y no duermo,
de un lado al otro caminan por la noche las ideas
en el espacio de las ausencias.
Calíope ríe a lo lejos, a pesar de su mala ortografía
sabe que el último pensamiento le pertenece.
Pero no devuelve mi descanso aún cuando mi sien muestra tímidos surcos
de cansancio y soledad
Demando de la noche algo de descanso, digo.
Morfeo toca la ventana cuando leo a Poe y se marcha indignado
Calíope veleidosa ignora mi falta de sueño. Dejó de ser mi musa
Ya no debería insistir por un beso cargado de inspiración
soy amigo de las ánimas, capitán de un barco sin timón
que no encuentra puerto donde descansar
Camino por el día invocando a Euterpe, deidad de la música.
esperando por la dispensa de Morfeo
Alfonsina reclama mi atención sabiendo que Poseidón
sigue en espera de mi sangre sobre las olas.
Como sea, espero que el insomnio está noche se vaya de rumba,
aunque la tierra tiemble y el peludo ladre.
Morfeo escucha, Calíope no volverá
soy aquel que hace versos en la oscuridad
nada más