Como todos los viernes llegué a casa tarde con algo de trago encima. Chano y mis amigos me habían dejado en la casa. Abrí la reja y luego demoré en acertar la llave, tambaleaba y me reía solo. La puerta se abrió, para mí sorpresa era mi hermana Carolina. Me miró con esa sonrisa amplia y tierna, sin censura.
- Ay Iván estás borracho.
- No Carito - negué - seguro estás estudiando como siempre, - le dije con burla
- Si, oye, segundo viernes que llegas así hermanito. ¿Qué te está pasando?
- ¿Quieres que te diga?, pero si lo digo no me vas a molestar - le dije sujetando sus hombros.
Me miró con esos expresivos ojos que me atravesaban de lado a lado.
- Dilo - contestó
- No quiero seguir estudiando derecho, no me gusta. He tratado de decirle al viejo pero dice que no sea tonto que estoy hecho para eso. La verdad Carito, no me veo abogado. Me gusta escribir, leer, hacer negocios, disfruto haciendo eso…
- Hermano que esperas, llénate de valor y haz lo que quieras.
- Dice que no pagará literatura. Que no financiará un fracaso.
- Ay hermanito, te falta valor para seguir tu camino.
Esa noche, sacamos a escondidas el whisky de Don Tito, nos servimos un vaso cada uno del súper escondido Chivas Regal de nuestro padre, y nos quedamos largo rato en el escritorio conversando.
No le insistí a mi padre sobre los estudios, me faltó valor. Carolina se fue a Italia, luego me casé, tuve un hijo y no terminé la carrera. Luego fuí a España y a otros lugares, dónde hubieran oportunidades para mí.
Finalmente un día me "llené de valor" y publiqué en el 2018 mi poemario "El lento caer a la vida". Carito que ya luchaba contra el cáncer. Me llamó,
- Hermano me da gusto que siguieras tu sueño, que después de todo lo que te ha tocado vivir no te dejaras vencer. Haces lo que siempre quisiste hacer, vas a dónde quieres, no te importa volver a empezar siempre que puedes, Eres un ejemplo para mí, una inspiración para seguir luchando. Que orgullosa estoy de tí.
Después de guardar silencio, emocionado solo pude decirle
- Carito, tú has sido mi ejemplo. Te abriste paso sola y siempre con tu sonrisa. A pesar de nuestras diferencias siempre estuviste conmigo. Aunque a veces no sepa hasta donde llegaré, aquí estoy, nunca me dejaste solo. La noche del abandono, te quedaste conmigo por horas al teléfono. Te quiero y quiero seguir luchando como tú.
- No es difícil hermano solo tienes que ser un hombre bueno. Se honesto, un buen esposo, un buen padre, un buen hijo, un buen hermano, un buen amigo.
Hablamos mientras se pudo y luego de bendecirme, nos despedimos con afecto.
Después de un tiempo Carito se elevó a la dimensión donde están solo las personas buenas y yo sigo recordándola. Más en estás fechas.
Un tiempo después junto con mi más cercano amigo, nos pusimos de acuerdo y constituimos CAIVAS EDICIONES con las siglas de su nombre.
CArolina IVette Adrianzen Sandoval.
Carito, siempre estás conmigo. Te extraño.
Espero sigas orgullosa de tu hermanito.