martes, 15 de enero de 2019

Japón y yo

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Es extraña  la relación que tengo con el lejano país del oriente, aquel del sol naciente. Me explico por qué.

Con 19 años cumplidos en 1987,  mi padre, marino mercante,  preocupado por mi exagerado enamoramiento (léase amor cholero) con una chica, puso sobre la mesa del desayuno de un día de julio, un pasaje para Japón.

Vamos, te quedas con mi amigo Julio Higa, yo regreso a Lima y luego cuando     regrese a Japón, te visito y si no te has acostumbrado, te regresas conmigo.     - ¿Qué dices?

Y yo, le miré de hito en hito, sopesando mis palabras, respondí.

Déjame pensarlo.

Que tonta es la juventud, pienso ahora. En ese entonces corrí a recoger a mi enamorada de la academia y mientras la llevaba a su casa, le conté,  “antes de irte nos casamos” dijo. Y yo me asuste. No quería perderla, y viajar no era urgente y me causaba temor en ese momento, así que no acepte y dejé pasar el oportunidad.

Con el tiempo me relacioné con muchachos de la colonia japonesa del Perú. Mis amigos nikei, comenzaron a emigrar a Japón  y yo iba a despedirles al aeropuerto. Dos años después en 1989, mi padre estaba por salir de viaje y en el último desayuno dominical antes de partir, me dice.

El viaje que haremos será largo, Ecuador, Panamá, Hawái, Corea del  Sur, China, Hong Kong, Japón, Singapur, todavía no sabemos el retorno. Anímate vamos hijo, será bueno.
  No lo sé, la universidad, los exámenes – dije, justificándome.
¿Sigues con tu enamorada? – preguntó
Si, ¿Por qué? – pregunté desafiante.
-    Por nada, piénsalo serán unos ocho meses de travesía y una gran experiencia     para nosotros – dijo con indiferencia.
No quiero – dije con insolencia.
Yo voy papá – exclamó mi hermana.

Y ella viajó por el Asia y yo me quedé feliz con mí enamorada en Lima y lo más lejos que llegué fue a Cerro Azul en Cañete por el sur, y por el norte llegué a Trujillo y hacia el este llegué a Chosica.  

Al retorno mi hermana terminó la universidad y emigró a Italia, lo que conoció le dió otra visión del mundo y quiso conocer más. Mientras que yo descubría que escribir poesía y contar cuentos era algo que me gustaba con pasión, pero que en mi familia nadie me apoyaría. Por esos años me equivocaba más de lo que acertaba en mis decisiones.

Pasaron los años, me casé con la enamorada, tuvimos un hermoso hijo, dejé la universidad, conseguí un trabajo e hice lo que se espera de un hombre que se convierte en padre y se casa.  En todos esos años cada vez que me levantaba para ir al trabajo, cada vez que marcaba mi tarjeta  de ingreso  a la oficina, me preguntaba ¿por qué no viajé? por imbécil, me decía una tenue voz que yo apagaba con un lacónico, “calla mierda” porque sabía que tenía razón.  

Arturo Hiraoka,  padrino de mí hijo se fue a Japón por los años 90, él vivía en Tokio y me decía que vaya a trabajar para allá, pero mi padre ya se había jubilado de la marina y yo veía como imposible reunir el dinero para emprender viaje,  sin embargo yo quería conocer Japón y seguía soñando con viajar allí. En realidad quería viajar y conocer más de la vida y el mundo.

Y así, siguieron pasando los años y siguieron mis intentos por encontrar un camino hacia algún lado. Mi hijo creció, me separé de la enamorada que  fue luego mi esposa, me enfermé del corazón tres veces, me fui a España, a Chile, a Argentina y regresé. Me volví  a casar y me volví a separar. Varado en Lima, trabajaba por ese entonces en la municipalidad de Lima y asistía a cuanta invitación me hacían, la idea era no quedarme solo en casa.

Una tarde de 2014, me dirigí con unos amigos al Matzuri en La Unión, el club peruano japonés, compartía con ellos cuando en un momento digo, “yo iré a Japón alguna vez, ya verán” todos ellos se rieron, tomando mis palabras a broma.

Para ingresar al Estadio La Unión, antes debes pagar tu entrada y te entregan un ticket (en mi caso el 1055) que te da derecho a participar en los sorteos que 
realizan en la jornada.

Cerca de las 7.00 de la noche estaba sentado en la tribuna viendo el espectáculo cuando en los parlantes anunciaban el sorteo de un televisor de 50 pulgadas, de una refrigeradora, de una laptop y demás. El anfitrión,  quien dirigía el sorteo anunciaba los números ganadores, hasta que llegó el momento del sorteo que muchos esperaban.

Y ahora amigos sortearemos un pasaje Lima - Tokio - Lima, a ver escojan un número, muy bien,  un momento que ya nos traen el número. Aquí está, el número ganador es el 1055, por un pasaje Lima - Tokio – Lima. A ver, acérquese el ganador.

Tardé unos segundos en reaccionar.

Me había ganado el pasaje a Tokio, Japón.


Fui y lo recogí, estaba en shock. Dije algunas palabras que no recuerdo con exactitud. Mis amigos se acercaron y me felicitaron, alguien más por allí palmeo mis hombros. Terminó el Matzuri con los acostumbrados  fuegos artificiales. Me retiré luego al cuarto en el que estaba viviendo. Aquella noche no dormí, estaba soñando.

Pasaron los meses y pasaron también muchas cosas en mi vida.  Volví a Chile, con la ilusión de volver a empezar una vida nueva y como algunos de los sueños que tuve, solo fue eso, un sueño. Regresé de allá con muchos gastos y poco dinero. Pero con el pasaje a Japón aún intacto.

Muchas cosas más fueron sucediendo, llegó la fecha en que el pasaje expiraba, 15 de Octubre de 2015, aquella tarde contemplé el pasaje por largas horas. Meditaba sobre dejar todo y subirme al avión sin mirar atrás. Llamé a la agencia y solicité una prórroga, “no se puede caballero”, lo transfiero, “no se puede caballero”, lo vendo, “no se puede caballero”.  Lo coloqué sobre el escritorio de la oficina en la que trabajaba. Luego lo regresé a su sobre y lo guarde en un cajón. Mientras cerraba el cajón, sentía como moría el sueño dentro de mí, como si a una parte de mi le dijera, no puedes .

No iría a Japón y lo acepté, mi presente en ese momento era otro. Aquella tarde comprendí lo que cuesta dejar el  sueño de toda una vida por lo que crees que es lo correcto. No conocería el Japón, pero sería feliz.

El tiempo, que es el mejor juez, me mostraría luego que mi renuncia no valió la pena. Ni lo uno, ni lo otro. Ni fui a Japón, ni fui feliz.

La vida enseña de muchas maneras y cuando no aprendes con lecciones simples, ella misma se encarga de volver con la lección. En realidad todo tiene un porqué, estoy seguro que no era el momento. La vida enseñó que los sueños se persiguen y ahora estoy aquí.

Japón aún me espera.  Iré de todas maneras
















jueves, 3 de enero de 2019

La vida es...




La vida es un argumento
hecho desde el fin al inicio,
tanto te admiré
que terminé diciendo adiós
sin decir siquiera
aquí estoy

La vida tiene de irónica
como yo de sarcasmo
como tú de silencio
como ambos de tormentos

La vida de tu mano
no la sé
sí hubo la intención
agonizó con solo decir un hola
y hablar de mis miedos futuros

Es que la vida de poética guarda
lo que tú de fidelidad conoces
lo que yo de honesto tengo
lo que ambos de sinceridad buscamos
porque la vida nada tiene de cierta
tanto de verdad, como de mentiras
de qué me ignoras diariamente
como yo me engaño olvidándote

Sin abrazarte
sin besarte
sin quererte
sin soñarte
la vida es…

Una ironía...
que no llega al final














martes, 1 de enero de 2019

Finales de Diciembre



Mauricio hijo, te cuento que hoy caminaba presuroso y pensaba en como pasarías estos días finales de diciembre, sé que ahora comprendes cuando digo que diciembre es el mes del año que menos me gusta, pasa compadrito, que mis ausencias siempre han sido muy sentidas por mi (ya que soy un sentimental). Sé que estas bien en Brasil, pero tu silla vacía en la mesa, siempre arranca una lágrima. Además sabes que este año no está con nosotros mi padrino, quien nos adelanto en el viaje de la vida, entonces como imaginas su ausencia pesa mucho y no tengo a alguien tan cercano a mi corazón, que compense el amor y las palabras que él sabia brindar. Pero continuamos más fuerte ahora, honrando sus memoria y la fe que depositó siempre en mí.

Recuerdas el abrazo cuando viajaste en octubre del 2016, "Viejo, encuentra tu camino" dijiste y esa frase la guardo como arenga en mi corazón. Tu viajaste a otro país, a encontrar tu camino, siguiendo tus pasos. Yo tenía que hacer algo con mi vida, esa aburrida y desencantada, viviendo para otros, buscando siempre cumplir los sueños ajenos, para terminar luego en un cuarto solo y olvidado. Por ello lo primero que hice y que recién te contaré, fue pararme y dejar el escritorio en la oficina que me asfixiaba, sin decirle nada al impresentable de RYO, que aprovecho mi esfuerzo y desvalorizó mi talento. Recuerdas las veces que me decías que debía dejar a ese imbécil, bueno así comenzó todo. Sin renunciar, me retiré del trabajo. Es cierto que fue un salto al vacío, sin trabajo y nada en el horizonte, era de locura hacerlo, como muchos amigos me dijeron, (El perro, por ejemplo, exigía su renta sin miramientos, ni consideraciones), dejar todo a mis 53 años era una locura, que traería problemas, ¿Qué vas a hacer? era la pregunta que me hacían y no sabía que responder.

Pero encontrar mi camino, consistía en aventurarse a vivir, contigo en Brasil, sin compromisos (en mi situación desempleada que candidato a pareja puedo ser) con poco ingresos, cada día es una aventura digna de vivirse.

Sabes Mauricio, exactamente hace un año estaba en Trujillo, caminando por la avenida Mansiche y pensaba que dejaba atrás un año 2017 muy malo. Un año donde la depresión y las decepciones habían sido muchas. Miraba hacia atrás y solo había escombros de lo que alguna vez intenté construir. Cuando me preguntaba que haría en el año 2018 que venia, este que estamos despidiendo, me quedaba en blanco. Lo único que sabia es que no debía quedarme quieto.

Lo bueno de tener que empezar desde la nada, es que cualquier cosa es buena.

No quiero aburrirte hijo, con detalles de como he vivido todo el año que hemos dejado atrás. No ha sido nada fácil, pero no he dejado de hacer lo que me gusta, escribir, hacer poesía, contar historias, viajar y conocer nuevas personas

Conocí a tu amigo Giuliano Milla, un joven que me recuerda a ti cada vez que le saludo, estrechar su mano es como si lo hiciera contigo. Tiene un potencial increíble, es sincero, honesto y un escritor inigualable. Gracias a él he conocido personas fabulosas, honestas, que sienten la vida como yo, con gustos por la poesía y la literatura, como yo. Poetas y escritores como Victor Salazar, Carlos Cavero, Fausto Cotrina, Egeria Gaviota, Miriam Lopez, Gloria Carbajal, Italo Aparicio, Aurelio Exebio, Evelyn Sanchez, Esteban Couto, quienes me llaman amigo o hermano, como Remo Davila, un metalero auténtico y mejor amigo. También he conocido a algúnos impresentables que creen ser los "Non Plus Ultra" de la literatura, pero a esos, los ignoro.



Comencé a estudiar Coaching y concluí el curso, ahora viene la espacialización que anhelo. Me inscribí en un curso de oratoria y me animé a contar cuentos en los colegios a donde iba, cuando he viajado. Todo ello no me ha dejado mucho dinero. Pero sabes Mauricio, hago lo que me gusta y disfruto. Como te cuento he conocido personas increíbles, entre ellas a Karina Medina y Kathy Rengifo. Con ellas estamos formando una pequeña editorial y sabemos que este año, será de mucho esfuerzo pero también de muchos logros. Ya sacamos un poemario, el que te envié.

Si el año pasado para estas fechas en Trujillo me preguntaba, que sería de mi vida. Este año ya no me pregunto que será de mi vida. Al contrario, tengo mucha expectativa de lo que se viene. Proyectos y un cronograma de cosas que debo de realizar para que nuestro emprendimiento comience a producir.

Que lejos están los días de incertidumbre y desgano. Deprimido y con una estima baja.

Para los conocidos de siempre, juego a engañarme, a mentirme, para ellos solo pierdo mi tiempo. Para otros lo que hago no es un trabajo, es un hobbie. Para mi , es un trabajo distinto que me gusta. Sin embargo muchos dicen que le cambio de nombre al fracaso. Sé que no es así, además no me importan esas opiniones. No ha sido fácil romper con paradigmas instalados tantos años en mi. Costumbres y modos de pensar limitantes. Sentirse pobre por carecer de bienes es muy diferente a sentirse pobre porque nuestros pensamientos son pobres. Todo esta en el tamaño de nuestros pensamientos, en la confianza en lo que hacemos, en la seguridad de lo que somos.

Mauricio, ya no acostumbro a hacer promesas a nadie. Pero si puedo decirte que este año que comienza las cosas serán (ya son) diferentes, tomaremos un café o una cerveza en alguna parte del mundo. Como alguna vez lo conversamos. Eres el hijo, que siempre espere y alguna vez soñé. No te detengas, construye tu camino, rompe paradigmas, renueva tu pensamientos y evoluciona. Nada te será negado si con esfuerzo lo buscas. Te enviaré el poemario que presentaré a fines de mes o comienzos de febrero. Persigue tus sueños hijo, no esperes como yo, llegar a los 53 para comenzar a hacerlo. Has lo que te gusta, estarás condenado a tener éxito.

P.D. Te amo hijo.