miércoles, 30 de diciembre de 2020

Eduardo



Es que la vida no se alarga 

cuando le das una moneda al barquero

o cuando compras un auto nuevo,

y es que en la vida no se trasciende con soberbia

con orgullo

con opulencia


La vida es frágil

efímera e injusta

rápida 

llena de distancias

y silencios


Paupérrima...si la dejas, decías


Es que no se trata 

de qué acumulas

se trata de cómo te recordamos

de la huella que dejas


Yo te recuerdo simple

sonriente

de mano abierta

humilde

de abrazo grande


Buen viaje, amigo


Salúdame al pollo







 

sábado, 26 de diciembre de 2020

!! Feliz Navidad 2020 !!!

 

Foto: Nacimiento de mi madre en España (2012) 

Chau, digo y cuelgo el celular. Y miro por la ventana la calle oscura y vacía.

 

Mi amigo me animaba y al final me pidió que escribiera sobre la navidad. Quien me conoce sabe que Diciembre es un mes en el calendario que arranco a comienzos de año. Escribir sobre este año 2020 resulta trillado, cansino y repetitivo ante los abundantes post, videos y demás comentarios que hay en las redes y en todos lados. Qué decir de este año, de estas fechas, desde la habitación que ocupo, en dónde recibiré la navidad en soledad.


Y no es un drama, ni una lastimera forma de vivir, hace mucho la navidad para mí, dejó de tener sentido, perdió ese significado comercial que nos quieren imponer en los medios de comunicación. Cada año que pasa a mi manera la esquivo y me convierto en un simple observador  de los afanes de todos por celebrar las fiestas, de sus idas y venidas por la compras, las ansiedades de las reuniones virtuales que hoy abundan, los regalos de los amigos secretos, los envíos sorpresa por delivery.  Me incomoda esa melosa actitud que tienen todos en diciembre, más cuando en el resto del año se han mostrado cómo son en realidad.  


A veces me imagino ser (según mi ánimo) un pajarillo posado en una rama que observa a todos correr de aquí para allá.  Otras un pericote que evita ser aplastado por la prisa de los demás, tan concentrados en sus celebraciones y creencias.  Mientras cargo la mochila a cuestas,  con mis dudas existenciales, con mis ausencias, con mis recuerdos, con mis carencias.


Estos últimos años he recibido la  nochebuena, lejos de quienes amo profundamente. Lejos de mi hijo, de mis padres, de mis hermanas, lejos del amor. Por alguna circunstancia cada años he recibido la navidad en algún lugar distinto y diferente, rodeado de personas buenas que me brindaban cariño y afecto. He sido casi siempre la visita, el peregrino sin hogar. Ese que lleva todo en sus bolsillos y mochila. Ahora que lo pienso, las navidades han sido de otros y no mías, porque mis pensamientos han estado con quienes me faltan y no conmigo. 


Este tiempo de pandemia como le sucedió a muchos, la vida me quitó un trabajo, proyectos, muchos sueños. Se llevó a mi hermana Carolina, también a Carlos, un amigo entrañablemente hermano, dejándome aquí. Este tiempo la vida me gritó en la cara, que para algunas personas me había convertido en una carga, en poco más que un estorbo. Que terminada mi arrogancia  me quedaba el pequeño orgullo de haber publicado un libro y seguir siendo un desconocido, que  a veces escribe algún  verso bonito. Este tiempo la vida ha seguido enseñando duramente quien es quien en la vida, quien critica malamente y quien motiva, quien es una razón para sonreír y a quien se debe olvidar. Pero ha atenuado también mi rebeldía, ha apaciguado rencores, ha encendido certezas, ha pulido mis palabras para bendecir y enseñado que ser agradecido es más importante. Sigo siendo el hombre testarudo, cada vez que se necesita de mi un poco de amistad y amor. Dócil ante la palabra amable y directo cuando veo injusticias.


Sin embargo este año la navidad  es diferente. Pues yo mismo estoy diferente.


La soledad no me ha doblegado, la tristeza de perder alguien valioso para mí, me ha demostrado que aún cuestionando tanto a dios y a sus seguidores, mi convicción de una dimensión dónde está Carolina, Carlitos, mi padrino Andrés, mis abuelos,  es firme. Hacer honor a la  promesa hecha a Carito de ser un hombre sencillo y bueno, está presente, no se ha quebrado. 


Sigo persiguiendo mis sueños, sin miedo al fracaso y entiendo ahora algo que conversé con mi hermana Carolina una vez cuando la llamé un 24 de diciembre, que se  resumía en unas palabras simples.


"Hermano, yo he vivido navidades lejos de nuestra casa, pero jamás estuve sola. Conmigo estuvieron todos. Recuérdalo siempre, deja que Dios nazca en ti y cuídalo ."


Puedo recibir esta Navidad solo en una habitación porque mi familia está lejos y los cercanos, también están lejos. Puedo recibir esta nochebuena con una copa de vino y brindar por esta alma mía, escuchando a la "Sole" cantar 


"Seguir siguiendo al corazón

Y coquetear con la intuición

Seguir creciendo y esquivando las rutinas

Seguir soñando en un rincón

Seguir creyendo que hay un Dios

Que me endereza de un tirón la puntería

Siempre voy detrás de lo que siento

Cada tanto muero

Y aquí estoy...

Tantos desiertos que crucé

Tantos atajos esquivé

Tantas batallas que pintaron mis heridas

Tantos incendios provoqué

Tantos fracasos me probé

Que no me explico como canto todavía

Y es que siempre voy detrás de lo que siento

Cada tanto muero

Y aquí estoy...

Por esos días por venir

Por este brindis para mí…."


Puedo llenar mi copa de nostalgia y de esperanza y así lo haré porque está Navidad no estoy solo. 


Brindaré en esta nochebuena, y renovaré la esperanza que no he perdido. No estoy solo, repito, conmigo están todos los que partieron, están quienes guardo en mi corazón, están los que quiero y quienes me quieren. 


Y también los que me apartaron o se alejaron, por ellos un brindis y mi bendición. 


He perdido tanto en la vida, que el temor por vivir también se perdió.


Hoy celebraré la navidad por los míos y por mí.


Feliz Navidad 


La vida aún es un regalo mientras amas…








lunes, 21 de diciembre de 2020

Tercera hora


 

En la hora preferida del ladrón 

en la hora de las animas

en la hora del silencio

en la hora que duermes

en la hora de mi insomnio crónico

estás en mi etéreo deseo

tocando mi piel

respirando mi pecho

palpitando a coro con latidos míos


En la hora que muere la razón

en la hora del maullido 

en la hora de los amantes shakespearanos

estás besando mis pensamientos

jurando amor eterno

rasgando el alma trémula

que te extraña 


En la hora del mutismo

mis manos crispadas 

aprietan las sábanas 

la memoria trae melodías

Hallelujah...

grita la imaginación 

y se desvanece tu presencia 


Estoy aquí 

contemplando el cielo raso,

sucede que mi espíritu 

está contigo 


Y no quiere volver


En la tercera hora de cada madrugada

beso tu recuerdo  










Blasfemia

 





Que Dios perdone la blasfemia de querer 

a quien olvido mis manos

que Dios derrame misericordia 

sobre el corazón que está perdido,

que el Hades aparte demonios constantes

que libere la parte de mi alma que aguarda

que el miedo sea breve 

que la risa explote en el alma

y que la paz finalmente me alcance


Que Dios perdone mi romance con Alfonsina

la seducción del mar en mis retinas

el coqueteo con el silencio

la inconforme lid con el tedio 

y que cure la herida que se abre

cada que pienso en mis difuntos

cada vez que lloro por amores que he perdido


Que Dios perdone mis blasfemias

cuando expongo mis creencias

cuando no distingo al bueno del malo

y veo solo humanos

cuando la pasión se impone 

cuando el deseo arrebata

cuando la pena me embarga

y olvido que por necio, no llevo culpas de otros


Que Dios perdone estos versos

que no alcanzan a ser lisonjas

menos alabanzas,

al abrigo de la bruma

un ángel habló

“Para ti ya no hay Arco Iris, solo camino. Anda ve”


En carne viva, pienso, debo partir


Que Dios perdone la blasfemia de quererla todavía

de dejar el alma atrás

de tener las manos vacías.