miércoles, 31 de agosto de 2022

SI COCINAS, PONTE MOSCA

 


Ayer me aventuré a la cocina después de mucho tiempo.


Desde hace días tenía ganas de comer unos espaguetis con salsa huancaína con una super milanesa de pollo encima, parecida a la que cené alguna noche en Buenos Aires. Decidido pasé por el mercado y compré lo necesario. Luego de saludar a mi amable casera de hermosos ojos pardos, de caminar cimbreante y cintura de huevo, le pedí dos milanesas, las más grandes que pudiera hacer. Amable como siempre me atendió con una sonrisa, preguntando por mis días, reclamando que le soy infiel y que seguro compro en otro lado.


- No casera, estoy trabajando mucho - le respondí.

- ¿Para qué trabaja tanto casero? Acaso tiene que mantener esposa e hijos. - preguntó con picardía.

- No, la esposa me abandonó y mi hijo se fue a Brasil - le dije sonriendo con ironía.

- ¿Está solo entonces? Seguro si corta su pelo consigue alguna mujer buena.- agregó.

- No - dije sonriente, acariciando mi coleta de la rebeldía.

- No qué, ¿Cortarse el pelo o está solo? - preguntó la casera.

No respondí, me entregó las milanesas, le pagué y entre risas me despedí, pues ella exigía una respuesta.

Luego compré dos ajíes limo, galletas, leche, queso fresco, almendras, espaguetis y me fui a casa. Pedí permiso para usar la cocina, "claro caballero", me dijeron. Luego de separar lo que iba a usar, mientras lavaba los utensilios, una mosca impertinente daba vueltas a mi alrededor

Puse a hervir agua, saqué la licuadora, lave los ajíes, los corté. En una sartén doré el ají, con las almendras y dos dientes de ajo. En la licuadora puse el queso, los ajíes, las galletas, las almendras, el ajo, un buen chorro de leche y a licuar. La mosca seguía allí, como esperando a que terminara. Destapé un poco la licuadora encendida y eché un chorro pequeño de aceite y probé. Delicioso, "Mi madre estaría orgullosa de su hijo" pensé entonces, "ella también, aunque ya no esté aquí", dije para mí, pero ese pensamiento lo aparté tan rápido como llegó. Dejé la licuadora encendida.

El agua ya hervía, puse los espaguetis y la mosca impertinente que se para osada en mi mano. La aparto con fastidio y le requinto la madre. Miro la licuadora encendida aún sin tapar. Y la mosca que ensaya cuál halcón en un río, un clavado perfecto.

Asqueado tomo una cuchara grande de palo y trato de sacarla de la licuadora. Craso error. Explotó todo.

Crema huancaína, en mi cara, en los zapatos, en mi ropa, en los reposteros, en la pared, en el techo, en toda la cocina.

Y la maldita mosca, girando alrededor feliz, como celebrando.

Deberé comprar una licuadora nueva y pintar la cocina.

Hoy, otra vez estoy en el mercado, se me antojó un lomo saltado montado con huevo frito.

La dueña de la casa dudó cuando le dije que cocinaría.

- Señor por favor tenga cuidado - dijo casi suplicante.













 


sábado, 27 de agosto de 2022

ALGUIEN



Alguien que hurgue en mi interior
que toque el centro de esta emoción,
que arranque el triste invierno
que anida en la zona apical de mis latidos
desde un octubre que extravié el amor
Alguien que calme está sed
que consume el torrente carmesí de mis venas
cada vez que el recuerdo acecha
el templo de la quietud
y me lleve al edén de sus besos
Alguien que escuche este quejido, al alba
cuando las sábanas semejan mortajas
cuando los versos nacen
quebrados
ausentes
heridos
Alguien que tome su tiempo
para calmar la tempestad de mis días,
alguien que sane
que otorgue paz con un abrazo
y robe una sonrisa, que extraño
Alguien que crea en mis palabras,
sinceras, honestas, mías
que responda con cariño
esta ansia de compartir, que llevo
Alguien que entienda de perdón
que viva del presente
que conozca de murmullos suaves
de ternura
de miradas silenciosas
de caricias cómplices
de palabras mudas en la penumbra
Alguien que me acepte poeta
soñador, frágil, cursi
que acepte mi pasado
para arraigar mi libertad
sin perderla
Alguien que quiera
una historia después del silencio de los años

QUE SE PUEDE OFRECER

        

Qué puede ofrecer una abeja
qué puede brindar un infante
qué podría regalar un pordiosero
que puede entregar una cigarra
Aparentemente nada
Qué puede ofrecer un poeta
si el amor le dio la espalda
si coquetea con miserias
si las palabras no compran un hogar
si los versos no alimentan
y las historias solo distraen
Qué puede ofrecer
alguien que lee en un rincón,
cerca del olvido
más cercano a la dimensión
del sueño imposible
al costado de la utópica visión
de la felicidad colgada
de unos ojos misteriosos
Qué puede ofrecerse
a quién todo lo tiene
a quién ofrece olvido
en gestos gélidos
Solo manos que hablan
palabras que endulzan
alguna rima
una aventura
besos
afectos
Que sumados
son nada.




viernes, 5 de agosto de 2022

HAMLET, LAS POTI Y LA LITERATURA



Esa mañana de lunes me levanté tarde, toda la noche anterior había estado resumiendo capitulo por capitulo el libro de William Shakespeare, “Hamlet”, estaba cansado y casi sin dormir. Tenía que entregar un trabajo que nuestro profesor de literatura nos había encargado tres meses atrás y que muy “responsablemente” había dejado “para después”. Tomé desayuno tan apurado que derramé la nata de la leche en mi pantalón, mi madre con prisa, alcanzó a colocar mi pan con huevo y el refresco de manzana en la mochila, “debes alimentarte hijito” dijo cuando besé su frente. Salí corriendo al colegio que estaba a tres cuadras. Cuando estaba en la formación pensé en el fin de semana y todo lo que había vivido.

El viernes anterior, el profesor Torres en clase nos había recordado la importancia de entregar la monografía para aprobar el curso, había que leer el libro, resumirlo, encontrar metáforas, imágenes, hipérboles y cuantas figuras literarias pudiéramos identificar y finalmente dar una opinión personal del personaje. Al salir del colegio comentábamos y preguntábamos entre los compañeros quién lo había hecho, ninguno de los más cercanos lo tenía listo. Nuestras caras reflejaron ansiedad cuando el muy aplicado y estudioso Carlitos, "el pollo” orgulloso nos mostró su voluminoso trabajo.

- Carajo es bastante - dijo “la rata”.
- Nos jodimos, ya no alcanza el tiempo, nos va jalar a todos - dijo “el gusano”.
- Si nos reunimos y lo hacemos entre todos llegamos al lunes - sugerí.
- Ya - dijo “la rata” - en mi casa a las 7.00 de la noche.

Esa noche fuimos llegando a casa de “la rata” uno por uno, con el libro de Hamlet, nos sentamos en el comedor y comenzamos a leer...éramos cinco adolescentes intentando ser responsables.

Transcurridos cinco minutos, “el gusano” exclama,

- No entiendo un carajo - dijo riendo - oigan, ¿se acuerdan de Gabi “Poti”? - agregó
- Claro - dije yo - es bonita, tiene un gran “poto”.
- Hace una fiesta hoy, me llamó y nos invitó a todos - dijo mirándome - Vamos muchachos...
- ¿Y el trabajo ?- preguntó “el caballo”
- ¡Vamos!!!- dijo “el loco”
- Hamlet no se va a ir, hermano - dijo “el gusano”
- Ser o no ser, esa es la pregunta - dije en tono grandilocuente
- Chino, tu le gustas a la “Poti”- dijo “el gusano”
- Vamos ..uón - dije parándome de la mesa, me había convencido.

Demás estaría contar lo que hicimos esa noche, con dieciséis años a veces no hay limites. Bebimos, bailamos, fumamos y alguno tuvo la suerte de acariciar a alguna de las cuatro hermanas “Poti”. A las cinco de la mañana llegué a mi casa con una sonrisa de lado a lado. Mi madre despierta me esperaba, cuando me vio entrar dando tumbos, comenzó a decir,

- ¿Oye tu vienes de estudiar o de fiesta, hueles a cigarro, a cerveza? - preguntó molesta -¿y esa marca en el cuello? Contéstame

No contesté nada, solo subí a mi cuarto y me dormí pensando en Gabi “Poti” y su gran “poto”.

A media mañana del sábado desperté, me bañé y salí a casa de “la rata” a recoger el libro de Shakespeare. Mi madre me gritó que era un irresponsable, que hacía lo que quería, que le contaría a mi padre cuando llegara de viaje y otras cosas más. No le hice caso. Cuando regresé a almorzar mi madre había cocinado mi plato preferido, estaba más calmada y uso otra estrategia. Esta vez no gritó, me abrazó, besó mis mejillas, lloró y me hizo prometer que sería más estudioso. Juré y prometí que lo haría, me sentí culpable. Subí a mi cuarto y me puse a leer Hamlet, de Shakespeare. En realidad hice el intento de hacerlo. A cada momento pensaba en Gabi “Poti” y en sus besos.

Nos volvimos a encontrar como habíamos acordado cuando caía la tarde los cinco en casa de “la rata”, nos sentamos en la mesa, todos muy serios, nos miramos en silencio y comenzamos a reírnos, en verdad íbamos a estudiar, luego de eso uno habló,

- Chino seguro que tú, ya leíste algo del libro. A ti te gusta esa cojudez - dijo “el loco”
- Ser o no ser, esa es la pregunta - dije con seriedad
- ¿Eres cojudo o te haces? Cuéntanos de que va - dijo “el gusano” entre las risas de todos.

Después de las bromas les narré la trama que había leído en casa. Estaba en lo mejor de mi relato cuando sonó el teléfono de la casa. “La rata” contestó y se puso a conversar animadamente con alguien, luego colgó.

- Era Patty “Poti”, dice que sus viejos se han ido de viaje y nos invitan a ver las tres películas de Indiana Jones. Están las cuatro y una prima, Cecilia “ la caballona” la de grandes pechos. No llevaremos nada, parece que sus viejos se olvidaron una caja de vinos.

Nadie dudó, cerramos los libros y nos fuimos para allá, la juerga no podía esperar. La mamá “de la rata” nos miró y movió la cabeza en señal de reproche, si dijo, algo no la escuchamos.

Al día siguiente, estaba pasando el domingo con una gran resaca por el vino de la noche anterior, me dolía la cabeza y dormitaba por ratos. De pronto como si algo explotara en mi cabeza, recordé,

- ¡La monografía de Shakespeare !!!!

Me senté en el escritorio a leer...

Ya en el aula mis recuerdos del fin de semana se esfumaron cuando “el gusano” y “la rata”, que se sentaban detrás mío, me preguntaron si había hecho la monografía. Les dije que sí. ¿ y ustedes?, mi hermana me lo hizo, dijo “el gusano”. Yo me amanecí, respondió “la rata”. Miré a mis otros compañeros, “el loco” y “el caballo” pasaron su dedo pulgar por el cuello, sacando la lengua a un costado, con cara de sentenciados a muerte.

- Adrianzén - Llamó el profesor Torres - explíqueme que es una figura literaria, si ha hecho el trabajo sabrá responder
- Si profesor, esteeé, son formas no convencionales de usar las palabras - respondí inseguro.
- Humm más o menos - dijo
- ¿Cuáles encontró en el libro? - preguntó otra vez - Dígame una.
- mmm ¿Metáforas? - casi pregunté o afirmé.
- Muy bien, entregue su trabajo.

Me puse de pie y me dirigí a su escritorio, con mi trabajo en las manos. Me sentía a como el naufrago que ha visto un barco en el horizonte, salvado. El profesor Torres me miró desde su asiento y su rostro fue cambiando de expresión, el color de su piel adquirió un rojo intenso. Su mirada llena de ira me asustó. Me paré frente a él.

- ¿Y eso? - dijo señalando el cierre de mi pantalón - ¿Qué cochinadas son esas?

Me miré el pantalón y con sinceridad respondí,

- Es nata profesor Torres, del desayuno, derramé la leche.
- Eso parece otra cosa ¿cochinadas en mi clase? Jamás - dijo poniéndose de pie.
- Profe yo... -intenté explicar
- Vaya a lavarse esas cochinadas de su pantalón

“El gusano” se tapaba la boca para no reír a carcajadas, “el caballo”, “el loco” estaban debajo de la carpeta partiéndose de risa. El aula entera estaba sorprendida, casi todos mis compañeros se mantuvieron callados, sorprendidos. “La rata” con su indice en los labios decía, cállate chino. Rosita, mi compañera de carpeta que era la chica que me gustaba, movía la cabeza de lado a lado, censurando.

- Es nata profesor, ¿por qué tengo que salir?
- ¡Fuera de mi clase, fuera, obsceno, cochino, mañoso!!!!. ¡Fuera, fuera!!!

Entonces perdí el control, y le grité

- ¡El mañoso es usted, la mañosería está en su cabeza. Odio su clase, odio la literatura, odio las metáforas, odio las figuras literarias, odio el vino!!! - gritaba - ¡Es usted un viejo de... !!!!

A esas alturas “la rata”, “el gusano”, “el caballo” y “el loco” ya me sacaban casi en vilo del aula. Uno de ellos tapó mi boca y no terminé la frase (felizmente). Todos estaban estupefactos, nadie había gritado al severo profesor de literatura, hasta ese día.

Me suspendieron tres días del colegio y por primera vez, desaprobé literatura.

Si el profesor Torres supiera hoy, que vivo entre versos e historias, entre sentimientos y sueños. ¿Qué pensaría?. Me pregunto a veces.

Como sea a veces cuando enfrento una hoja en blanco, me acuerdo de cuando aprendí lo que son las figuras literarias y del buen profesor Torres que me enseñó eso. 

Ahora lo recuerdo con cariño y me sonrío solo.





martes, 2 de agosto de 2022

Puertas




Hay puertas que es mejor no tocar 

hay versos que convendría callar

hay esperas que no debería esperar 

hay lazos que debería olvidar

labios que jamás besaran

tumbas que abandonar 

llamadas que no se harán 


No siempre nos vestimos de acero


Hay tardes que de frías 

solo dejan humeros 

impregnados de olvido 

pensamientos tristes

pasos rengos, cansados 


No siempre somos robles 


Hay sentimientos que se van 

sin volver 

silencios atados a ramas quebradas 

libros de hojas amarillas, solitarias

palabras mudas marchitas


Hay puertas que no debería abrir 

hay domingos fríos 

ventanas sin estrenar 

nudos sin desatar 


Hay voces que debería ignorar

latidos que debería detener

nombres que secan mi voz 


Hay puertas que se deben cerrar 


Y la llave abandonar