martes, 14 de agosto de 2018

Reflexiones de un desempleado que busca trabajo





Despierto como últimamente lo vengo haciendo, adolorido en mis piernas, adolorido de mi cintura, adolorido  en  mis caderas. Creo que es por el exceso en mis caminatas reflexivas.  Algunos (los maestros gurús)  dicen que son mis defensas bajas,  producto de mi depresión. Y yo sonrío. Si hace un año me hubieran dicho aquello, les habría dado la razón. Hubiera asentido en silencio incapaz de emitir alguna objeción o defensa de las sentencias de aquellos que encontraron la fórmula del buen vivir.

Pero comprendo que ellos sentenciaban por lo que observaban en mí. Un hombre venido a menos, dubitativo, inseguro, de mirada perdida, de palabras tenues y negativas. Bebedor y fumador de fines de semana  que buscaban  paliar un dolor incapaz de manejar. Dolor de soledad, dolor de abandono, dolor de miedo al futuro, dolor de frustración, dolor de todo lo que escuchaba de mí, dolor de mi suerte, dolor de vivir. Dolor y odio por mí mismo.

Hoy despierto adolorido es cierto.  Pero despierto consciente.

Consciente de que el presente es más halagüeño que hace meses atrás. Y eso me anima cada día más.

Hace meses desperté  y entendí que mi hijo con 25 años había marchado a Brasil, a encontrar su destino. Y que mis cariños no correspondidos, ya no me pertenecían. Por lo tanto era momento de dejarlos ir y comenzar a pensar en mi corazón. Que la vida era muy corta, como para sufrirla diariamente. Supongo que la noche anterior fueron las últimas lágrimas que derramé sobre las sabanas, creciendo entre sueños la convicción de que algo debía de cambiar en mi vida. Así que decidí hacerme cargo de mi mismo.

Me desperté como siempre de madrugada, me bañé, cambié y salí. Llegué al trabajo que me asfixiaba desde hacía tiempo.  Saludé y como siempre dediqué mi esfuerzo (no reconocido) a ese empleo. Sobre las diez de la mañana, llegó el dueño. Un nikei impresentable, prepotente, manipulador, mentiroso, con aires de gran señor y pobre de espíritu, alguien a quien alguna vez admiré y consideré amigo (lamentable decepción). Este personaje preguntó si sus órdenes estaban siendo cumplidas. Como no era conmigo, guardé silencio. Cuando nadie le contestó se dirigió a mí,  llamándome la atención e indagando porque nadie le respondía. Solo le miré, me convocó a  su despacho.

-          Sabes Iván, no sé qué sucede contigo. Tu actitud…. –  y seguía hablando. Escuchaba su voz sin entender lo que decía. Mis pensamientos se agolpaban buscando liberarse.
-          ¿No tienes nada que decir? – preguntó cuándo terminó su discurso y le miré
-          Cuando tu empresa no era nada, estuve contigo. Cuando enfermaste, te apoyé. Cuidé tus cosas como si fueran mías. Ahora solo ves lo que quieres ver. – dije – Nadie te responde y solo a mí me traes aquí  - agregué y salí del despacho, cuando algo decía.

Dicho eso, fui a mi lugar, reuní mis cosas personales y salí de la oficina. Dejando el trabajo que durante dos años soporté. Creyendo que esa era la única manera de sobrevivir y era lo que tenía que hacer. Contribuir a la riqueza de un explotador.

De ese día han pasado 10 meses. Y la verdad no ha sido nada malo. Por el contrario, he conocido más de mí mismo, de lo que conocí en años. En este tiempo, hice lo que me gusta, escribir, viajar, conocer lugares y personas, experimentar nuevas emociones, desapegarme y aprender a caminar conmigo mismo. Nada es fácil y todo es un proceso, digo ahora.  Me esfuerzo en ser consecuente con el dicho aquel “de aprendiz de todo y maestro de nada”. Y trato en todo momento de estar en paz. No importa tener la razón (pienso) me importa mi tranquilidad. Actualmente necesito muchas cosas y también me falta muy poco (irónico), no me angustio y mi aparente calma desespera a quienes me rodean, quienes consideran que mi actitud apática (dicen) es conformista. Desde meses atrás, realizo todo tipo actividades para vivir, pero no dejo de considerarme en esencia poeta y escritor. A saber esto es lo que recuerdo y detallo, para que comprendas a que me refiero.


He pintado fachadas de casas. He sido chofer, repartidor y cargador de encomiendas. Tertuliano en la casa de Morgan, el perro del Perro. Chofer y guía turístico. Mensajero de malas noticias, courrier de avisos de embargo. Tramitador en ministerios y entidades públicas. He redactado informes para proyectos de Agua y desagüe, en zonas necesitadas de Lima. Carpintero ingenioso. Organizador de eventos de poesía y música en “Secretos de Mamina” de mi amiga Francine. Electricista improvisado. Fontanero a medias (rompí la cañería). Consejero en peleas de novios, mediador en disputas callejeras. Maestro de ceremonias. Me he unido a un colectivo de artistas poéticos de nombre Templo Furor. He organizado polladas. He sido declamador de poesía en los micros. Me he amanecido, junto a otros poetas, tomando con una poeta muy parecida a Edith Piaf, (dueña de una mirada especial y de quien no recuerdo el nombre)  escuchándola declamar sus versos bajo la garúa de la noche húmeda de Lima. Soy escritor de cuentos difamatorios. Me han nombrado el “amigo elegido”  un jueves de patas. He sido testigo de borracheras y vómitos de personas muy escrupulosas y cristianas. Ahora conozco poetas y escritores muy buenos, a quienes llamo amigos, por culpa de Giuliano. También he sido guardaespaldas  de madres con hijos en procesiones. Soy el valet de Jeannette, una diva cantante famosa. He aprendido un poco de expresión corporal en un taller con una colombiana hermosa. He aguardado en vigilia, en la puerta de un hotel para despachar a los amantes a sus casas, como taxista. Conozco a Karina y a Kathy, dos hermosas madres poetas, que me honran cuando me dicen amigo. He puesto el pecho por poetas temerosos en una pelea callejera. He declamado mis versos en eventos “underground”. Vendo libros en campos feriales o a domicilio. He conocido a Mirlo, hermosa poeta de versos sensuales y cuentos para niños. Participo de las marchas anticorrupción asido de la bandera del Perú, siguiendo mis principios y a una amiga que me gusta. Me he amanecido hablando de poesía y literatura en Barranco, la Plaza San Martín, la Plaza Francia con Italo, mi amigo hermano. He compartido micrófono con Remo y Fausto. Le he dicho me gustas a una chica que no me gusta. Conozco a Víctor, un gran docente, mejor poeta y excelente amigo, de quien aprendo demasiado. El serenazgo me ha echado de los  escalones del antiguo cine Colón, una madrugada de julio. He despertado en el Agustino, acusado de tocar la pierna de la novia de un amigo. Dejé de ser templofuriano y sigo siendo poeta. Soy amigo de Egeria Gaviota, una valiente poeta y madre, futura psicóloga que me dice papá. He ido y regresado de Canta el mismo día. Me he disgustado con los que son valientes por el internet y luego se orinan cuando en el mundo real los encaras. He tratado de formar  grupos de venta en un negocio piramidal. He conocido a  Carlos, un descendiente persa con escafandra, con quien hago memes. He cerrado mi empresa de venta de productos de limpieza, gracias a la Sunat. He reclamado por mis derechos en un bus, cuando estos hacen carreras. Me han asaltado. Me he mudado lejos de Pueblo Libre.  He vendido revistas donde he publicado mis poemas. Creo Blogs y soy asesor de imagen en redes sociales.  Administro una página virtual de ventas de libros. He vendido bronce al peso. Tengo algo de reciclador y reducidor. Soy en buena cuenta, pienso, sonriendo, un 4 x 4.


Y sigo soñando, sigo viviendo, manteniendo la esperanza de que éste sea  el camino correcto.

Para algún familiar cercano (que ha dejado de hablarme) soy un fracaso. Para mi padrino y amigo adorado, soy un desperdicio de talentos, con alguna posibilidad aún.  Para algunos amigos, sigo deprimido, perdido, sin rumbo ni conocimiento de que quiero hacer con mi vida. Para mis padres soy una preocupación. Para mis hermanas, la oveja gris que no debió dejar  España. Para los que encontraron la fórmula del éxito y el buen vivir, vendieron la casa familiar y ahora presumen de hombres exitosos, mi vibración es baja por ello solo atraigo pesares y estoy en nada. Para mi ex esposa, soy un soñador que nada tiene, culpable de su baja estima, que merece ser olvidado. Para mis acreedores, el timador elocuente que les convenció a confiar en él.

Para mi hijo, un padre que tiene que encontrar su camino. 

Pero para mí, el actor importante de mi historia, soy lo que pienso y este es el momento de elegir correctamente.

Este es el tiempo de la testaruda decisión de  vivir a mi manera. Hace poco me dijeron que siempre hice lo que quise. No fue así. Mis decisiones fueron hechas a la luz de lo que aprendí. Y aprendí erróneamente, siguiendo  patrones de conducta, sentencias ajenas y visiones del mundo de quienes admiraba. Viví aconsejado por mis temores y baja estima. Viviendo a la defensiva con el mundo y rechazando oportunidades buenas.

Hoy vivo buscando paz. Me despierto con el cuerpo adolorido, pero con el ánimo en alto. Lo que hago, no tiene sentido para los demás, pero si para mí. Hay familiares que me ayudan con amor y algunos con poca paciencia. Paso los 50 años y tengo la misma ilusión en mis proyectos, como cuando tenía 20 años. Me conozco y conozco mis puntos flacos y fuertes. Soy elocuente, entusiasta, educado. Sigo enamorado, amo a mi hijo y su futuro.  Me amo y confío en mí. Sigo aprendiendo de todo y pretendo ser feliz. Guardo una lista con los nombres de quienes confiaron en mí, para pagarles y honrar mi palabra.

Ese soy yo, un Marginal. (Así me dijeron)

Y en ese momento, la sangre calentó mis venas. Y este corazón parchado, aceleró su ritmo. Y el orgullo infló mi pecho. Pues  lo soy. Camino al lado del camino ahora. Consciente de mi vida. En fin.

Olvidaba decir amigo y amiga, el motivo de toda esta reflexión, que estoy buscando trabajo.

BUSCO TRABAJO, no lo olvides.

Busco trabajo para realizar mi sueño de publicar mi libro  y luego mi poemario. Estoy vendiendo además mi cámara fotográfica. Vendiendo mis herramientas y algunas cosas más. Estoy buscando un lugar donde vivir también  y sigo escribiendo, y sigo soñando…

Estoy vivo.

Si sabes de algo que me pudiera ayudar a ganarme la vida. Recibo propuestas decentes y legales.

Que estés bien, yo lo estoy.

Ahora

PD 1: Si necesitas mi CV, dímelo inbox

La imagen puede contener: 6 personas, incluidos Ivan Adrianzen Sandoval, Víctor Salazar Yerén y Fernando Jesús Zäktu, personas sonriendo, personas de pie









domingo, 5 de agosto de 2018

Poema IV


Ella no está 
y no es un drama

ella se fue
después de una noche
de luna 
de aullidos de lobos 
de sexo urgente
caricias prohibidas
un hasta pronto     te amo

Ella partió 
y dejó               distancias
migrañas             desahucios
heridas  del alma 
un recuerdo agrio 
llagas en mis manos
hongos en mis dedos
una  arrogancia vacía
y una estaca en mi osadía


Ella se fue
y liberó sin saber
los sueños
las historias nuevas
lo versos impropios
y un frenesí desconocido

Image result for despedida

Ella marchó
y me alivió de agobios
de ruegos 
de estipendios 
de rosas negras 
de lirios y amapolas 
solo dejó el pisco
y  recuperé un buen vino
 añejo
como yo

Llevó consigo
la congoja 
la enjundia
las nimbos grises
la inclemencia
el albur
la niebla de su ánimo

Ella se fue 
suponiéndome
en el olvido 
sin camino 
sin almanaques nuevos 
sin un motivo
acusándome de su suerte
sentenciándome
a ninguna mejora
condenándome al desprecio

Ella se fue…
                
 No
                                          La dejé partir

                              Necesitaba vivir