viernes, 24 de noviembre de 2017

Mamá Olga...




Hace años, algunos días que recuerdo mucho hoy, estuve atravesando una etapa de convalecencia, hice una llamada a mi tía en la ciudad de Trujillo…


  • Tía Olga ¿Cómo estas?...te habla Iván…
  • Hooola hijo ¿Cómo estás? ...contestó con su peculiar forma de saludar, cariñosa y alegre...


No tuve que explicarle mucho, ni contarle más nada, cuando traté de hacerlo, me atajó las palabras y sin dejarme decir más, me dijo…


  • Ayyy, hijo tu puedes venir cuando quieras
Y así fue….


En casa de la Tía Olga, todos podíamos  llegar, avisando o no, siempre éramos bien recibidos, se ofendía si llevábamos algo para ella, o víveres para la casa, siempre había un lugar para quedarte, siempre había un plato de comida, una sonrisa y mucho cariño. Tía Olga, Mamá Olga para sus hijos, sobrinos, nietos, amigos  y desconocidos amigos, que eran llevados por nosotros, a todos trataba por igual….con los brazos abiertos y una gran sonrisa.


No podías llegar a Trujillo y no pasar por su casa…Para mi, Trujillo, era sinónimo de Mamá Olga.


Cuando me fuí a España, venir al Perú y no visitarla o llamarle era un acto que no podía permitirme. La última vez que pude verla fue hace un año, vaya que disfrute aquella visita, ella no preguntaba, ni juzgaba, solo te recibía con una gran sonrisa y un beso en la mejilla, y su pregunta infaltable…


  • Ya desayunaste, ya comiste….siéntate que te sirvo...


Y no podía decir no…


  • Sieeentaate...yo sé que eres panero y tragón….


Siempre me preguntaba como hacía para alimentar a tantos, su olla parecía multiplicar el seco de cabrito, el arroz con pollo, guiso de pollo, en su casa se comía de noche como en el almuerzo, contundente. Ella era la primera en levantarse y la última en acostarse….siempre esperando a a sus nietos, sobrinos, a todos..preocupada de que hayamos comido…


La Tía Olga, la Mamá Olga, hermana de mi Luca, mi abuelita, la miraba y me emocionaba, porque me la recordaba...sus gestos, sus ojitos rasgados, su delgada figura y su sonrisa ancha...La Tía Olga, la Mamá Olga, te fuiste y no pude despedirme...ni verte por última vez....


Hoy, a esta hora, sentado aquí contemplo el atardecer y te dedico mis pensamientos y mis lágrimas, espero que descanses en paz, me diste mucho más de lo que yo pude ofrecerte…como mi Luca, solo brindaste amor, sin esperar respuestas, acogiste a todos y alimentaste a muchos. La ciudad de Trujillo, para mí, no será la misma de ahora en adelante, no estarás para abrazarme, y reírte de mis ocurrencias...nos harás falta a todos...a mi mismo. Me dejas lo mejores recuerdos...me dejas tu confianza, la fe en mis proyectos, tu ejemplo de como ser solidario, me dejas tu risa, tu abrazo...tu enseñanza más profunda...la familia es primero...y lo único…en ella debemos confiar y refugiarnos en todo momento...


Tía Olga, Mamá Olga, en este silencio te recuerdo con mucho cariño y enjugo mis lagrimas con tu presencia en mis pensamientos, tu sobrino - nieto ingrato te llora en la distancia, ...me quedo con el amor que me brindaste a pesar de estar lejano a veces….tu siempre serás el tronco de mi familia en Trujillo y siempre te llevaré en mi corazón...lo que soy en esta vida también tiene mucho de ti....te quiero mucho...Mamá Olga…te voy a extrañar...