Toni se despertó con un gran dolor de cabeza.
Eran las nueve de la mañana de un domingo gris, como son los días de Lima en
invierno. La celebración por su cumpleaños había sido buena. Echado sobre
la cama recordaba mientras se acariciaba la frente riéndose solo...
"demasiado trago Dios mío, no debí mezclar el licor...el ron y la cerveza
son mala combinación, más para un cabeza de pollo como yo". Él había
festejado sus dieciocho años, con mucho ruido, tomando con los amigos y
bailando en el cumpleaños de Anita, su amiga. Ella había cumplido
quince y lo habían celebrado juntos…Ahora recostado sobre las sabanas
repasaba mentalmente sus pasos de baile y lo buena que había estado la chica
que se "levantó" en la fiesta. De lindos ojos y pícara sonrisa,
con delgada figura, pechos como limones y un hermoso culo paradito, y lo
mejor de todo, de labios carnosos y ricos. Así...también
le pareció muy profunda en su manera de pensar, como le gustaban
asintió.
Sin embargo, pensaba cerrando los ojos,
ella con su aire inocente y educado había resultado ser una loca
desenfrenada cuando la llevó al parque. Allí echados sobre el
césped se desataron ambos. Toni recordaba su sorpresa cuando ella bajo su
mano y le tocó su sexo, recordaba lo excitado que había estado cuando le abrió
la blusa, comenzando a besarle los pequeños senos, chiquitos pero
firmes, su mano le buscaba las nalgas y luego se armó de valor y la
dirigió al centro de sus deseos. En el parque a las tres de la mañana los
gemidos entrecortados de Jessica no molestaban a las otras parejas. Que a esa
hora también estaban dedicados a sus caricias prohibidas. Mirando el cielo por
la ventana, recordaba otra vez y se excitaba con evocar el momento
en que comenzó a bajarle el pequeño calzón negro a "La flaca", sin
poder creer en su suerte. Ella siempre le había mirado de lejos, se habían
saludado pero jamás habían conversado y ahora estaban echados en el
parque besándose con pasión…
Torpemente él había intentado bajarse el cierre del
pantalón, no podía , porque había olvidado que era de esos pantalones sin
cierre que estaban de moda..."..¡Que Tonto..."se dijo entonces.
Cerrando los ojos pudo ver la imagen de ella, "La flaca",
mirándole excitada, jadeando y susurrándole al oído algunas palabras
que no entendía, apurándose y apretándole más, pegándose a
él, calentita "caramba esta flaca es un volcán, no parecía, con
lo educada que se mostraba" se decía sonriendo sobre las sabanas...y
recordaba la emoción que sintió cuando le acariciaba su húmedo sexo mientras
observaba como blanqueaba sus ojos de felicidad, diciendo frases que no lograba
entender y ora que más besos apasionados, y ora que más caricias
atrevidas.
Echado ahora las imágenes se
sucedían una tras otra. Recordaba claramente los pechos firmes, los
pezones duritos y lo mojadita que estaba. Escuchaba otra vez las
frases y los suspiros que no lograba entender pero que lo excitaron
más otra vez. Y justamente cuando comenzaba a bajarse el pantalón,
volvieron de nuevo los susurros, recordando entonces que allí recién prestó
atención…
- ¿Qué
huele? - preguntó ella, casi en un gemido.
- ¿Huele? -
contestó el excitado, casi babeando cuando le mordisqueaba el pezón.
- Sí
¿Qué huele? – insistió ella.
- ¡Nada!!!
Dijo él, intentando besarle para que se calle.
Pero ella, no aceptó esta vez
- ¿Flaca, qué
pasa? - preguntó casi con fastidio, cuando ella se incorporaba
mirándose la ropa.
- Pasa
imbécil que me has traído al parque y me has echado encima de una
caca de perro - contestó agriamente, alzando la voz….
Y allí estaba ella de pie mirándose la ropa,
intentado limpiarse con cara de asco, creciendo en sus ojos una mirada de furia
e indignación, mientras que él, de rodillas, con el pantalón a medio
bajar entre los arbustos, miraba sorprendido, excitado, jadeante sin entender
nada, con un dolor creciente en la entrepierna y con sus "vergüenzas"
que parecía le iban a estallar. Recordaba, ahora sentado sobre su cama, que se
había enfrentado a la mirada hostil que ella le dedicó, con total torpeza y
confusión, por el licor que tenía encima y la excitación animal de
la que estaba poseído. Se acordaba también como apestaba "La flaca".
Recordaba que en su borrachera no supo que decir, recordaba que había comenzado
a reír, que se había reído tanto y tan fuerte que las demás parejas en el
parque les prestaron atención, preguntándose qué pasaba. Recordaba
también que había sacado un pedacito de papel y que se lo había ofrecido con
tonta y temerosa aptitud y se reía solo ahora en su habitación, sintiendo un
infierno en el estómago y todavía con un poco de dolor en el vientre.
Recordaba además las lisuras y groserías que gritaba "La flaca"
intentando sacarse la mierda apestosa del apretado vestido negro que dibujaba
su delgada y contorneada figura. Y recordó que se preguntó entonces, ¿y la
cultura y delicadeza de "La flaca" Jessica donde se fue? Se
reía solo en su habitación, imaginando y viendo la escena mentalmente, y
casi escuchando otra vez todas las cosas que ella le dijo cuándo la acompañó a
tomar un taxi. Toni se reía ahora de la cara de asco
que puso el taxista cuando ella subió. Se reía solo en su habitación,
recordando la respuesta que Jessica, "La flaca", le dedicó cuando con
cara de tonto le preguntó..."¿te llamo flaca?"..., y ahora se
reía más, ahora que estaba despierto, porque comprendía que
entre los gritos había escuchado y entendido una sola
palabra…¡¡¡¡Madre!!!!, justo cuando el taxi arrancaba raudo con su
apestosa pasajera…..
Ahora echado, mirando el techo blanco
desde su cama y con la resaca que tenía encima se preguntaba qué haría ese día.
Como siempre no tenía ningún plan ni nada que hacer, "¿me quedo en
la casa? ¿Salgo a la esquina?". Se preguntaba aburrido y
bostezando, "¿Busco a Rosemary para salir a caminar?". En
realidad no sabía qué hacer, estaba aburrido, últimamente sus días se hacían
aburridos y tediosos. La universidad le gustaba, lo que le molestaba era
tener que estudiar. Esta le gustaba por la cafetería y por los amigos que allí
encontraba, que no eran muchos. Lo que estudiaba no le seducía mucho, no le
encontraba sentido, se decía así mismo, no le producía dinero, que era lo
que quería y necesitaba...
"¿Creo que busco a Rosemary?"...lo dijo
en voz alta esta vez, mientras seguía preguntándose y pensando, en cuanto
le gustaba estar con ella, cuanto le gustaba el color canela de su piel,
sus pechos turgentes que parecían que explotarían en cualquier momento. Cerraba
los ojos y evocaba a Rosemary con sus caderas aprisionadas en los jeans
apretados que usaba y que no hacían nada más que resaltar su espectacular
figura. Estaba decidiendo y planeando que pretexto usaría para pasar
cerca de la casa de la morena de ojos misteriosos y cuerpo de
vedette. Cuando de pronto asomó por la puerta de su habitación, una cabeza
pequeña adornada con unos lentes más pequeños, que no hacían sino acentuar más
los ojos achinados de su abuela..
- ¿Quieres
un cebichito, hijo? - le preguntó con una mirada pícara y una
sonrisa especialmente tierna.
- Si
abuelita – contesto, engreído Toni – ¿quedó coca cola?, abuelita
estoy sediento.
- Si
hijo, pero baja ya… que tu mamá ya llega del mercado y ha estado buscando la
manguera para despertarte....
- Voy abuelita...
- dijo saliendo de la cama con una gran sonrisa....
Continuará...