martes, 20 de mayo de 2014

Cuando no tenga nada que decir…


Cuando no tenga nada que decir…
Serás tú…quien hablé por mí…
Tu voz será mi voz…
Tus palabras serán las mías
Y sobre tus serenos sueños caminaré
Y tus triunfos celebraré…

Pero si tú guardas silencio...yo también callaré

Entonces…solo entonces…

Mis manos hablarán por mí
Y la mirada expresará lo que mis labios
No puedan expresar…
Cuando las palabras broten quebradas
Mis latidos las completarán
Cuando mi musa errante…
Huya de mi heredad…
Del campo yermo…me rescatará el amor



Cuando no tenga nada que escribir…
Mis pasos me llevarán en silencio…
Hasta la cima y sonreiré…
Y la noche guardará mis sueños
Y la aurora inspirará nuevas palabras
Y los ojos de mi niño serán mi impulso…

Cuando no tenga nada que expresar...
Las hojas en blanco estarán llenas de emociones…
La habitación vacía retendrá mi recuerdo
El viento entonará mis pensamientos
Y en su cauce el río llevará mis deseos

Cuando no tenga que proponer …
Solo entonces repetiré dos palabras para ti,
Y también para mí

Te amo,

Nada más…




miércoles, 14 de mayo de 2014

Conversación en la plaza...




   Una mañana fría en una de las esquinas de la Plaza Constitución, como se llama la plaza de armas de Huancayo, ciudad de la  sierra peruana.  Estaban en animada conversación, junto a la hermosa catedral,  dos señoras desafiando el frío serrano e inconscientes de las molestias que causaban a quienes por allí transitaban…

-         Fíjate que el pobre Porfirio, puntualito él, a las nueve en punto aparecía por la casa en donde  todas las mañanas reposaba Candelaria…
-         ¡¡No te creo…!! -  respondía con sorpresa la otra.
-         Así como te cuento, él llegaba se contemplaban largamente, y luego despacito se encontraban en las rejas, se miraban a los ojos, juntaban sus narices y parecía que sonreían…
-         ¡Ayy! que tiernos – intervenía la otra – ¿todo eso veías desde tu ventana? – preguntaba intrigada, con la ansiedad propia de quien quiere saber más, pero no se anima a indagar.
-         Si hija, pero no vayas a pensar que soy chismosa – decía en actitud seria.
-         A veces tenía que estirar el cuello para verles. Pero te diré que eran felices, que lindo que se les veía juntos, jugaban y se divertían, luego descansaban agotados a la sombra – agregaba, tan seria como el luto que vestía.
-         ¿Pero? ¿acaso él se metía por entre los barrotes? – indaga ansiosa la otra, la pequeña y pecosa.
-         Siii…- afirmaba con impaciencia - no te lo he dicho, él se metía no sé cómo entre las barras y pasaban toda la mañana juntos. A las tres en punto se retiraba. Mientras ella le miraba con dulzura y un “pelín” de dolor.
-         ¿No te creo? -  decía emocionada la pequeña y pecosa.
-         Si hija, como te lo cuento...

   Y así continuaban la charla, emocionadas sin importarles que estorbaban al barrendero de la plaza,  al policía que su ronda hacía mirándoles con gesto adusto y a las personas que con prisa se dirigían trabajar.  

   El cura Venancio que de lejos las observaba, se acercó y muy serio les dijo mirando al barrendero:

-         Señoras por favor un poco más allá con su parloteo, que no dejan a las personas hacer su trabajo.

   Ellas se movieron unos pasos ignorando al sacerdote, quien moviendo la cabeza y murmurado algunas lamentaciones se retiró, visiblemente fastidiado. 

-         Gregorio es feo, tosco y un matón, se peleó…¡¡Nooo!! - exageró la mujer - ¡¡abusó!!...e hizo correr al bueno de Porfirio – dijo dramatizando los ademanes y las expresiones la mujer de luto.
-         ¿De quién hablan? – preguntó una tercera dama que se detuvo al escuchar al vuelo que hablaban de pelea y abuso.  

Ambas, la pequeña y pecosa y la señora de luto la miraron y sin contestarle continuaron en su chisme.

-         Pobrecito el Porfirio – dijo una
-         Si, desde ese día solo miraba desde la esquina sin acercarse – dijo la que contaba
-         ¡¡¡Que abusivo el Gregorio!!! – afirmó la recién llegada, como si le conociera.
-         Y eso no es todo…- siguió, ignorando el comentario - como haría, pero logró entrar por entre las barras y sin dudarlo violó violentamente a la pobre Candelaria – dijo alzando las manos de forma grandilocuente.
-         ¡¡¡Noooo que barbaridad!!! – dijeron al unísono las otras dos cubriéndose el rostro espantadas, cerrando los ojos como imaginando aquella escena.
-         Y no fue una sola vez  - agregó la mujer de negro – lo hizo cuando se le vino en gana y la pobre Candelaria solo se quejaba y lloraba, pero nadie hacía nada.
-         Nooo…pobrecita…
-         Y todo eso sucedía mientras el pobre Porfirio escuchaba y miraba desde la esquina sin poder hacer nada.
-         ¡¡¡Pero que cobarde!!!…- dijo la advenediza a quien ambas miraron en silencio con reprobación.
-         Lo difícil fue que la pobre Candelaria, tuvo a los meses ocho cachorritos y….
-         ¿¿¿Cómo??? ¿¿Cachorritos???...¡Ocho!... – cortó sorprendida la intrusa.
-         ¿De que están hablando? …¿Están locas? – agregó indignada

   Las dos amigas la miraron seriamente con reprobación y cruzando ambas los brazos sobre el pecho…le dijeron casi gritando…

-         ¡¡De la perrita de mi hermano y del perro de mi cuñado…!! – y agregaron seriamente.

-         ¡¡¡ Serás chismosa!!!...Que feo…

Y se giraron dejando a la sorprendida mujer con la boca abierta.


(Mi agradecimiento a Hiroko...)









miércoles, 7 de mayo de 2014

Dicciones en un cruce de palabras


En esta madrugada que me ampara…
Me he perdido en un cruce de palabras fútiles
Y en la desviación de una metáfora
Dije lo que no debía…
Y callé lo que tenía que confesar…
Un adjetivo resume entonces
Mi pobre situación….
Estoy viviendo en borrador…
Y me niego a ver aquello que prefiero olvidar.

Mis motivos están despeñados en unos puntos suspensivos
Y el “ay” fue ahogado en un apóstrofe inoportuno
Y sin embargo…
He intentado más de una vez verbalizar
Al amor…o la felicidad…
Negándome a la realidad, que algunos…
Pretenden enseñar
Y otros admirar…pero nadie confesar.

Entre dicciones que vienen y van
Solo deseo exclamar un poco de verdad
Entonces encontrar el símil correcto
A la palabra sinceridad…
En todo caso, será una prioridad.
Pienso entonces que encerrar entre paréntesis 
Aquello que no puedo explicar
Sería mejor que ponerle punto final.
Descifrar, comprender, aceptar
Es mejor que ignorar…
Dejar de pensar, dejar de sufrir
Abandonar la ansiedad
Es mejor que claudicar…

Puedo escribir sin disimular
Sobre sentimientos, sobre experiencias
Y con una sola interjección
Desafiar a la adversidad…retando al destino
Sin preguntarme  que encontraré

Por ello...en este cruce de palabras
Vuelvo a repetir…la onomatopeya que guardo...
El ademán que tengo...
Para momentos así…
¡Zaz…! Todo atrás…

Y de nuevo a empezar…
Con nueva intención …





jueves, 1 de mayo de 2014

Tribulaciones de un superhéroe....


Estaba sentado en las escaleras de la catedral, en la plaza de armas de Lima, antes le había visto caminando sin rumbo por el jirón de La Unión, ahora estaba con la cara escondida entre sus manos, como sollozando.  Por momentos elevaba la mirada hacia el cielo gris, como implorando, balbuceaba palabras que a la distancia no lograba entender. Allí estaba con su traje azul y rojo, con larga capa roja, pensando y descifrando aquello que no podía entender (eso fue lo que me dijo luego), intentando recuperar fuerzas para seguir en su lucha, alisando su cabello y cuidando del curioso detalle de su frente. En sus ojos se podía leer decepción, angustia, temor, y muchas preguntas sin resolver…

-          ¿Qué tiene poderoso hombre? – pregunté con algo de temor por un posible rechazo.
-          Nada amigo, los súper héroes también tenemos un mal día… - dijo y escondiendo su rostro entre las manos comenzó a sollozar.
-          Pero usted es el hombre de acero, ¿Qué puede pasarle? – consulté con desazón – creo que nada… - agregué inseguro al verle de esa manera.
-          Pues lo mismo pensaba cuando vine aquí…..pero encontré que había otras cosas que me afectaban…más que la Kriptonita… - contestó secando sus lágrimas.
-          ¿Pero qué puede afectarte Superman? – le dije directamente.
-          ¿Sabes?... – comenzó diciendo.
-          Ayer patrullaba por la carretera central  y vi a dos “combis”,  esos de la empresa “El Chosicano” haciendo carrera…decidí detenerlos, pero antes de que pudiera hacerlo uno de ellos cerró al otro, este se salió de la carretera y se dirigía directo a un paradero abarrotado de personas…Con rapidez evite el accidente deteniendo las “combis” y salvando a las personas. Retuve a los chóferes por imprudentes y sinvergüenzas, esperando a la policia.
-          ¡Qué bien!!!... la gente te habrá agradecido – dije.




-          No… - dijo fríamente – me reclamaron que los estaba demorando, que llegarían tarde a sus trabajos. Que no había pasado nada, que yo era un payaso y que no me metiera. Uno de los cobradores me escupió en la cara ofendido y una señora de vientre abultado me propuso que le hiciera un hijo para dejar de ser pobre. Los chóferes se echaban la culpa y se empujaban. En ese momento llegó la policía, en uno de esos patrulleros nuevos, los inteligentes, creo que les dicen, pude darme cuenta que en la computadora que tienen incorporada alguien estaba viendo una porno. Ellos, los policías,  se llevaron aparte a los chóferes y algo arreglaron porque los vi sonrientes guardar unos billetes en sus bolsillos. A esas alturas el griterío de las personas contra mí era más fuerte, algunos que tenían la cabeza cubierta con capuchas, los más jóvenes, me arrojaron algunas piedras. Los Chosicanos ya se habían llenado otra vez y continuaron su carrera como si nada hubiese pasado. El oficial de los policías se acercó en actitud arrogante y matonezca, mostrando unos amarillentos dientes… Déjate algo hermanito…, para la gasolina que el comandante solo nos da  la mitad…dijo arreglando su gorra… No cargo dinero, mi traje no tiene bolsillos…le respondí…Humm, creo que ya que no colaboras tendremos que pedírselo a tu novia, Luisa ¿no?...y cuando cubras el cupo te la devolveremos… Le agarré de las solapas y lo sacudí fuertemente ante la mirada  sorprendida de la gente que me insultaba y reclamaba por abusivo. Me marché entre el griterío, antes de que una piedra me alcanzará…

-          Pero no todos somos así… - le dije indignado por lo que me contaba.

-          Lo creo… pero eso no es todo…Cuando volaba pensando en lo sucedido por Caquetá, divisé a un hombre que intentaba saltar desde el puente hacia el río Rímac, en claro intento de suicidarse.

-          ¿Y qué hiciste?  lo salvaste, supongo.

-          Claro, pero cuando le pregunté porque quería quitarse la vida,  lo que me dijo me indignó mucho. 

-          ¿Qué te dijo? – le consulte con aprehensión.

-          Que era maestro, que tenía un posgrado y un máster en Argentina, que trabajaba  en un colegio estatal de Villa El Salvador, que ganaba 1,200 soles, que su esposa economista, lavaba ropa en una casa de San Isidro y que tenía dos hijos, uno de ellos enfermo y el otro buen estudiante no podía ir a la universidad por falta de medios, que trabajaba de cobrador de combi. Que su hijo con leucemia se podría salvar con un trasplante de médula ósea, pero en el Hospital de Neoplásicas le habían pedido un pago y él ya no sabía qué hacer. ¿Y sabes qué es el colmo? Me dijo finalmente…  ¿qué?...le pregunté…Los funcionarios en este país ganarán hasta 30 mil soles, no es justo…y lloró sobre mi hombro…sin nada que yo pudiera decirle u ofrecerle. ¿Qué decirle?…como explicarle que la culpa la tenía el gordinflón de pronunciados senos, esa serpiente  populista, ese político mentiroso y ladrón fue quien redujo los sueldos hace años, generando más corrupción. ¿Qué decirle a un maestro con ese sueldo?...Solo le deseé suerte…y me fui avergonzado. 




-          No sé qué decirte - dije con pesadumbre, contagiándome de su depresión. 

-          Pero no es todo, después  cuando volaba por Las Casuarinas, escuché una voz angustiada que gritaba Socorro, Socorro…Pensé que se trataba de alguien en apuros y me apresuré en ayudarle. Pero grande fue mi sorpresa cuando me encontré con un pequeño hombre, casi ebrio en un departamento de lujo, en una mano una botella de whisky etiqueta azul, y en la otra un vaso con hielo servido al tope. Ayúdame…imploró… todo lo que dicen de mí son mentiras…nunca hice nada malo, ni compré propiedades, nunca gasté dinero ajeno, todo lo he hecho por mi país, me odian los blanquitos, porque un hombre de mi raza no debía llegar a donde llegué… dijo casi cayéndose. Dando arcadas sobre mi pecho, intentó argüir, intentó mostrarme unos documentos, diciendo palabras que no comprendía. Me marché cuando una fea voz de mujer, le llamó desde  la otra habitación…Alejandro, ven que tenemos que ensayar lo que diremos para no contradecirnos…

-          ¿Me hablas de quien yo creo? – dije asombrado. 

-          Si, del mismo… - dijo, con gesto cansado. 

-          Pero no te rindas, aún quedan personas por las que luchar, aún hay quienes trabajan por la paz y la verdad, por la honestidad. Las nuevas generaciones merecen nuestros mejores esfuerzos… - intenté exclamar.

-          ¿Tú crees? – preguntó – vano es el esfuerzo, si no estamos todos comprometidos, en realzar los valores y los buenos ejemplos. De que valen las iniciativas, si la televisión solo resalta todo lo negativo y podrido en sus programas basura. Es normal el chisme, la mariconada, lucrar con la vida privada de los demás. El morbo, las violaciones, los asesinatos la sangre y el deseo de vivir en la mediocridad es lo que vende…" es lo que le gusta a la gente" dicen.... La televisión embrutece a esta sociedad, a todos. A los dueños de las televisoras y los diarios no les interesa difundir la cultura…les interesa vender y embrutecer más a las masas, a los jóvenes, a los niños.

-          Tienes razón  - dije aceptando la verdad – nadie hace nada por cambiar eso.

-          En otros países los jóvenes luchan por mejorar su educación…aquí se pelean por conseguir entradas para ver “Esto es guerra”, "Combate", ahora "Titanes" y otras porquerías, aquí los jóvenes, la mayoría, se reúnen en bandas para robar o saquear cuando van a un clásico del fútbol. Hay programas que exaltan la mediocridad, el arribismo, la vagancia, el dinero fácil…excusándose de que eso es el Perú…y que siempre al fondo hay sitio para uno más...Es normal, que un homosexual escandaloso, investigado por  abuso sexual contra jóvenes indefensos, sea líder de  opinión, que tenga un programa y sea considerado un buen periodista y otro homosexual, que estuvo preso, por atropellar a un inocente, sea admirado y venerado por sus controvertidas opiniones.  Aquí es normal  pasarse una luz roja, robar, abusar, perseguir, asesinar…nada te pasa finalmente…nada….todos salen libres por falta de pruebas o coimas. ya no aguanto…

Esta ciudad se paraliza porque una bataclana despechada habla de su adulterio con un futbolista, pero contempla indiferente como un niño vende caramelos en la calle para comer e ignora a quienes intentan hacer algo por mejorar las cosas - dijo el hombre de acero, visiblemente molesto.... - Puedes creer que el otro día llevé un bombero herido a emergencia y no quisieron atenderlo porque no tenía su DNI a la mano. Es indignante, no puedo salvarlos de sí mismos... La gente de esta ciudad no quiere cambiar...Ellos mismos la ensucian, la destrozan y encima reclaman...No los aguanto más... ¿Qué hago aquí?...Una congresista me llamó urgente para pedirme que le ayudara a colocar un panel de publicidad sobre un colegio estatal, practicamente me exigió hacerlo... mientras un obrero, padre de once niños moría, enterrado en una construcción por falta de medidas de seguridad  y porque no llegué por culpa del panel de publicidad de la congresista. Pero de eso nadie dice nada...

-          ¿Puedes creerlo?...No es la ciudad...es su gente...son ellos los que no mejoran. 




Dicho eso se puso de pie, y comenzó a caminar. Momento que aproveche para tomarle algunas instantáneas, esperando que no se molestara conmigo.
-          ¿Y tú?... ¿Qué haces?... – me preguntó de pronto.
-          Persigo mis sueños e intento escribir… - dije dudando, sorprendido por la pregunta.
-          ¿Solo eso? – exclamó sorprendido, incomodándome…avergonzándome.
Iba a explicarle, a justificarme, pero una inocente niña se acercó y le dijo que no tenía que comer. Superman cambio su semblante inmediatamente. Dejó de lado su visible fastidio, cambio de actitud y recuperó la compostura y el garbo. Otra vez era el superhéroe que yo admiraba desde niño.
-          Por ella... seguiré…por todos los niños de este país… Espérame criatura, ya regreso…- dijo con voz estentórea.
Y diciendo eso se elevo con rapidez, desapareciendo raudo entre las nubes que cubren de gris esta caótica y agresiva ciudad.
Por largo rato estuve contemplando las nubes, pensando en esta rarísima experiencia, preguntándome si alguna persona me creería si intentaba narrársela.
Pasaron los días  y mis dudas se mantenían, estaba seguro que nadie me creería si la escribía o la contaba. Una tarde mientras caminaba pensando en mis propios problemas entré a una iglesia del centro de Lima, San Pedro creo que se llama. Y le vi otra vez. Allí estaba Superman, orando por esta ciudad, eso fue lo que me dijo.
-          Tan mal estamos… - pensé  y le acompañé con mi oración.
Vencí mis reparos y escribí esta historia, espero que me crean y juntos  ayudemos a Superman.
Si no es él...¿Quién podrá defendernos?...