sábado, 17 de diciembre de 2022

EL GATO Y LA LUNA

 



- Para los latinos los gatos tenemos 7 vidas, para los occidentales tenemos 9 vidas y para los árabes 6 vidas. Cómo sea, soy un gato occidental, reencarnación de un pirata vasco ¿Qué te parece? - decía el gato desde el muro donde estaba sentado.

- Muy interesante, gato

- Yo soy descendiente de chino. Suponemos que mi tatarabuelo fue uno de esos "culi" que trabajaban en plantaciones de arroz en el norte. Soy un mestizo sobreviviente, de algunas batallas del corazón.

- ¿Te vas a poner sentimental otra vez? No empieces, me aburres. - dijo haciendo gestos

- Oye gato, me refiero a los dos infartos, al derrame cerebral y al ictus, que sufrí hace años... tú eras el que lloraba ayer, mirando la luna. 

- Ay, es cierto. Miraba la misma luna de hoy y me acordaba de la gata. Y me puse a llamarla.

- ¿Y por qué tienes que llorar como un bebé para llamarla? - le pregunté al gato.

- ¿ Y tu porqué le haces poesía al recuerdo, de quién no te recuerda?

- No lo sé.

- Yo tampoco lo sé.


Guardamos silencio prolongado, ambos mirábamos la luna pensando. Al rato, el gato comenzó con maullidos prolongados y yo comencé a escribir versos toscos. 

Nos miramos, ambos llorosos. Le serví una copita de pisco.


- Salud gato.

- Salud poeta.

- Por tu gata. 

- Por tu recuerdo.


PD. 

- Gato, ¿sabías que el pisco es de Chincha, tierra donde comen gatos?

- ¿What? no jodas