El domingo último buscaba un sitio donde almorzar, entro a un
restaurante, estaba todo lleno sin lugar para sentarse, de pronto una niña sin
el control de sus padres corre, me choca y bota el celular. La miro, la niña no
se da cuenta o no le importa, recojo mi celular y mientras salgo le digo a la
niña " aprende a pedir disculpas niñita" en un tono afable.
La madre, una obesa mujer, que escuchó mi oración responde agresiva.
- Es una niña y usted un viejo...,.=/%&%()@€-2;€("€€....
- ¿Qué me ha dicho?- pregunto
- Viejo, anciano idiota… - responde
- No solo no corrige a su hija, si no que es malcriada e insultante...-
digo
Detrás mío una voz estentórea grita a voz en cuello
- ¿Qué pasa? , ¿Qué te pasa? - es un hombre, tosco, prieto, agresivo.
El vulgar hombre, que debe ser padre del engendro y esposo de la mujer
con cuerpo de kion (jengibre), se acerca agresivo mientras yo continúo mis
pasos...
- Oye webón ven aquí - grita
Sonrío y le miro, reacciono y le contesto
- Estás con tu hija, que gran ejemplo das. Ahora entiendo porqué su
educación. Agradece que estás con mujeres atorrante - digo indignado refrenando
mis ganas de irme a los golpes.
- Calla viejo de mierda, @_&'-+:__:|¢$$¥¢¢£¥™✓[:....Anciano… - grita parado junto a
su mujer, la obesa.
Anciano, fue su insultó más bajo, o el que me molesto (si no soy anciano)
- Matón, ahora entiendo ....si los padres son así, que se puede esperar
de tu hija… acércate tú si quieres - dije, mientras el "matón de
esquina" recordaba todas mis generaciones pasadas, nombrando a las
futuras, sentenciando de que me voy a morir en lugar de acercarse hacia mi
- Calla conch… - terminó diciendo y volteó.
Sinceramente, cuántas ganas de regresar y partirle la boca. Seguí
caminando y pensando que tan mal podemos estar, por qué tanta agresividad en las personas. Me sorprendía porqué la mejor versión de mí
logra controlar la ira, será porque las personas que me rodean me enseñan a pensar y calmarme, será que me rodeo de gente que irradia paz y reflexión, pues en un segundo visualicé las consecuencias si me
peleaba y la verdad ya no tengo ganas de cambiar el mundo, tengo ganas de
cambiar yo mismo.
Hace poco conversaba con una profesora de educación inicial, quien me
comentaba que los padres modernos no corrigen a sus hijos. Me comentaba que
toda la educación se la dejan a la escuela y ellos solo se dedican a consentir
sus acciones, creyendo que darles todo lo que piden es la mejor forma de
educarlos para la vida. Estos niños crecen con derechos y no con deberes.
No sé si tenga ella razón, lo que sé es que cada vez veo más falta de
valores a todo nivel.
Con esas reflexiones ese día no probé bocado, no por mi indignación,
sucede que me encontré con el Cabezón y me puse a brindar por la vida.
Salud